La promesa y El ángel negro
Angélica Puerto Tello es una escritora colombiana que actualmente reside en la hermosa quinta región de mi país, Chile. Ella muy amablemente se contactó conmigo para reseñar sus libros y le agradezco su confianza. Decidí reseñar los dos en una misma entrada porque el primero, La promesa, es muy corto y al leer las dos reseñas juntas se puede tener una mejor idea del estilo de la autora. Además, como los volúmenes se presentan como Historias de mis pueblos 1 y 2, se puede entender erróneamente que se debe leer uno primero para después leer el otro, pero no es así, son historias completamente distintas, tiene muchas cosas en común, pero son diferentes, se pueden y deben leer de forma separada. Aquí hay dos opciones para leer a Angélica. La promesa es ideal para los que aman las historias cortas y sorpresivas, en cambio El ángel negro es para los que prefieren el desarrollo largo, las historias de vida y aprendizaje.
El ángel negro
Angélica Puerto Tello
234 páginas
En El ángel negro, la autora Angélica Puerto nos sumerge en la historia de Isabel Velásquez, una chica de Villeta, un alejado y recóndito pueblo colombiano. Nacida en el seno de una familia humilde, con una madre severa y un padre escritor de carácter débil, debió afrontar desde los cuatro años los rigores del trabajo duro, encontrando siempre alivio en el arte de escribir que aprendía diariamente de su progenitor, la única persona que le ofrecía su cariño. Pero el tiempo pasó y un profundo dolor la hizo tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre. A los catorce años decide dejarlo todo e ir a la Costa Atlántica colombiana. Allí, a manos de la pasión y el amor irá tomando diferentes caminos. Cada uno de ellos la llevará a enfrentar situaciones difíciles y también alegres. En una especie de road trip de la vida, Isabel irá aprendiendo que en el mundo así como hay oscuridad y desesperanza, también hay bondad y luz en los corazones humanos.
Lo primero que se siente al leer esta novela, es el tremendo poder de la ambientación que te golpea y te traslada a las diversas localidades de Colombia en donde se van desarrollando los hechos. Te logra transmitir el calor y la humedad de la Costa Atlántica o el frío de Bogotá, mezclándolos con mucha sutileza con las pasiones humanas. En un efecto combinado en donde personaje y ambiente irradian una energía conjunta, logra así que, el desplazamiento de la protagonista genere un contraste con su situación actual versus la anterior, debido al apoyo de la ambientación que se va exacerbando dependiendo de las circunstancias que le toca enfrentar.
"Se dio cuenta de que la comida, al igual que las letras, satisfacía en el hombre una necesidad que iba mucho más allá del plano físico".
Y es que a Isabel la vida la golpea duro, a pesar de sus esfuerzos y de sus decisiones valientes, siempre tiene un precio que pagar, nada le resulta fácil y la felicidad siempre le es esquiva. Pero ella es una mujer que desde pequeña fue golpeada por el rigor y, por lo mismo, no es débil ni se rinde fácilmente, tiene una habilidad innata para buscar la felicidad a cualquier costo. Es principalmente a través de ella que la autora transmite un potente mensaje de resiliencia, de sobreponerse a situaciones límite. Cuando se toma una decisión no siempre todo será perfecto, habrán momentos tristes, duros o también satisfactorios, porque la vida no es en blanco y negro, sino una escala de grises. Lo importante es que, al tomar esa decisión no se pierda de vista el objetivo y se debe ser fuerte para alcanzarlo, a pesar de lo que pase en el camino. Para ello siempre existe la posibilidad de apoyarse en algo que apasiona, que llene por completo y ayude a sobrellevar momentos difíciles, en el caso de Isabel, es la escritura la que la apoya y conforta cuando parece que ya no hay salida, e incluso a veces, su habilidad de escribir, le crea oportunidades que jamás imaginó.
"En situaciones extraordinarias, la felicidad está hecha de cosas ordinarias".
La estructura del libro se construye en base a los desplazamientos de Isabel, toma una decisión, va a un sitio, se desarrollan acontecimientos y luego se desplaza a otro, esto le otorga fluidez a la narración al ir cambiando la ambientación por ciertos períodos, lo que se potencia con diálogos cortos y frases preciosas que dan agilidad y belleza al texto. La obra siempre mantiene una tensión narrativa interesante que se logra mediante la aparición de nuevos personajes que se relacionan con la protagonista, cada vez que la tensión empieza a decaer un personaje nuevo aparece y la vuelve a aumentar. Son personajes muy bien trabajados, con profundidad, que se funden muy bien en su entorno y que resultan muy reales, sobre todo por el uso del lenguaje coloquial colombiano.
Es una historia que me emocionó bastante debido a las intensas escenas cargadas de pasión que se generaban, a veces parecía que pasarían los límites, pero la autora jugó muy bien con eso y nunca los pasó, nunca fue demasiado, creo que le acomoda mucho narrar en los lindes entre la desesperanza y lo trágico, entre las malas y buenas acciones de las personas, pero donde a pesar de eso, siempre triunfa la bondad que viene, sobre todo, de los más humildes.
Es una historia que me emocionó bastante debido a las intensas escenas cargadas de pasión que se generaban, a veces parecía que pasarían los límites, pero la autora jugó muy bien con eso y nunca los pasó, nunca fue demasiado, creo que le acomoda mucho narrar en los lindes entre la desesperanza y lo trágico, entre las malas y buenas acciones de las personas, pero donde a pesar de eso, siempre triunfa la bondad que viene, sobre todo, de los más humildes.
La promesa
Angélica Puerto Tello
56 páginas
A través de una narración preciosa y muy fluida, Angélica Puerto traslada al lector a las cálidas tierras de un pueblito colombiano, en donde el calor y la sequía resquebrajan la tierra y la suerte de Don Isidro Arbeláez, un hombre de campo esforzado, cuyo padre y hermanos han tratado con desdén. Pero la fortuna decide sonreírle un día y es así como su vida cambia, y se le permite cumplir uno de sus grandes anhelos, poder darle a su hijo la posibilidad de estudiar en la universidad.
Y aquí es donde parte este pequeño relato, con el hijo de Don Isidro, el joven Wilmer de dieciocho años. Las penurias por las que pasó su padre no alcanzan a ser percibidas por su hijo. Debido a esto, su carácter no es el que todos esperaban y la irresponsabilidad es ya una característica arraigada en Wilmer. Las muestras de ellas son pan de cada día en el pequeño pueblo de Granada, como también cuando va a la universidad en Bogotá. Cuando se pensaba que las cosas ya no podrían empeorar más, llegan al pueblo una madre con sus tres hijas: Vana, Vania y Vanina. La belleza de estas tres hermanas desencadenarán intensas pasiones, cuyo final las dejará marcadas para siempre.
Esta pequeña novela, casi un cuento, demuestra que a la autora le acomoda mucho escribir bajo ciertos límites. La brevedad del relato ejerce la presión de que en la historia pasen cosas de forma rápida, porque no hay espacio para el desarrollo, por lo que entra en juego la estrategia de la narración, su construcción es fundamental para crear sorpresa en el lector cuando menos lo espera. Es por ello que, utiliza frases cargadas de belleza y doble significado. En una misma oración se puede descubrir algo más que una simple descripción.
"Vanina no se movió, no habló. De no ser por las gotas que humedecían la baldosa, nadie hubiera podido decir si aún respiraba".
Los nombres de las hermanas, tan parecidos entre sí, me recordó mucho a García Márquez, pero no solo por ese detalle gráfico, sino por el juego entre distintas generaciones que se desarrolla en la historia. La familia es fundamental y la base de la estructura del libro: Abuelos, hijos, nietos. Se juega con los ciclos, con la reiteración y la confusión, la repetición de un destino, algo muy parecido a lo que se aprecia en Cien años de soledad, pero sin esa complejidad, sino más bien como un recurso para dar giros en los momento precisos del relato. Todo esto la convierte en una historia rápida de leer, entretenida, y sobre todo emotiva, de una belleza melancólica.
Muchas gracias a la autora por el envío de los dos ejemplares. Le agradezco mucho que pensara en mi blog para reseñar sus libros.
Ricardo Carrión
Administrador del blog
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