Hidalgos del mar
Jorge Inostrosa (1919-1975)
Editorial Zig-Zag
253 páginas
Novela histórica
Nos trasladamos al 28 de marzo de 1879. Chile ya había invadido Antofagasta, que en esos tiempos era territorio Boliviano. Instaurando con su fuerza terrestre una barrera defensiva y ofensiva en los límites del río Loa, denominada "La línea del Loa". La guerra contra Bolivia era inevitable, en esa instancia, el pacto entre Perú y Bolivia entró en vigencia, formando una alianza. Chile debería enfrentarse a estas dos naciones.
Las fuerzas terrestres definirían este conflicto bélico, pero el transporte de tropas, municiones y armas dependía del medio marítimo, es por eso, que las escuadras de Chile y Perú tendrían un papel estratégico en el inicio del conflicto.
En ese ambiente, Arturo Prat, ya ascendido a capitán de fragata, estaba completamente alejado del mar por desiciones administrativas. Se encontraba muy triste por no poder participar de la guerra y así defender a su país. Tenía que conformarse con un pasivo trabajo de escritorio en tierra. Era ayudante de la Comandancia General de la Marina, con sede en Valparaíso. Dicho empleo lo logró por sus estudios de abogacía.
Pero el destino le tenía reservada una sorpresa al abogado y capitán Arturo Prat. El presidente de Chile de aquellos tiempos, Aníbal Pinto, designó a Rafael Sotomayor, superintendente de la casa de Moneda, como sus ojos y voz en el foco del conflicto. Así, Sotomayor, contando con poderes especiales y toda la confianza del presidente, se dirigía a Antofagasta para encontrarse con el contralmirante Juan Williams Rebolledo, quien tenía bajo su mando a la escuadra chilena. Pero antes de partir, Sotomayor requería de un secretario, un hombre con cualidades muy específicas:
"Preciso de un hombre que sea inteligente, prudente y de mucha iniciativa". Pág. 22.
Luego de una recomendación, Arturo Prat fue elegido para el cargo, y pudo salir de su depresiva inactividad para comenzar a formar parte de la defensa de su país, y sobre todo, volver al mar que tanto extrañaba.
El plan de Chile era bloquear el puerto de Iquique, que en aquellos tiempo era peruano, con sus mejores buques de guerra, para así, lastimar económicamente a Perú, obligando a sus acorazados salir del Callao para enfrentarse con los chilenos. Chile contaba con barcos de madera como corbetas, cañoneras y goletas más dos fragatas blindadas: Cochrane y Blanco encalada. Perú lo igualaba en poderío con los blindados: Huáscar e Independencia. Un enfrentamiento directo entre ambas escuadras hubiera sido muy reñido.
Pero por malas decisiones, desperfectos y poco poder organizativo por parte del Gobierno de Chile, la escuadra nacional se divide, dejando solo a dos barcos manteniendo el bloqueo en Iquique, mientras el resto, incluyendo los blindados, se dirigen a cumplir una misión. Dejando indefensas a la averiada corbeta Esmeralda y a la pequeña goleta Covadonga, dos barcos de madera con poco poderío militar. Como también se llevaron a los mejores marinos, decidieron dejar a los jóvenes grumetes y a todo aquel que consideraban un estorbo, como al suave teniente Uribe, aficionado a los versos, un artista más que un marino, o al guardiamarina Riquelme, que no dejaba de tocar su violín ni de pensar en su novia. Y a cargo de los buques quedaron al que trataban de "capitán-literato", Arturo Prat, y al indisciplinado Carlos Condell.
"Está de más insistirle sobre la responsabilidad inmensa que dejo sobre sus hombros, capitán Prat. Debe mantener el bloqueo a toda costa". Pág. 65.
El destino quizo, que cuando estos débiles barcos mantenían el bloqueo en Iquique, aparecieran los dos blindados peruanos a combatirlos. Los dos buques de guerra más poderosos del Perú, versus las dos naves más débiles de Chile, un combate desigual, pero que demostró el valor de Arturo Prat y los suyos, al punto de convertirlos en héroes nacionales.
"Muchachos, la contienda es desigual; pero ánimo y valor. Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo y espero que esta no sea la ocasión de hacerlo. Mientras yo viva, flameará en su lugar, y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber. ¡Viva Chile!" Pág. 102.
Desde ese momento el relato se vuelve una seguidilla de encuentros y persecuciones entre las escuadras de Perú y Chile. Protagonizado siempre por el temible y escurridizo Huáscar, comandado por el hábil almirante Miguel Grau. Fueron seis meses los que duraron su captura. En ese tiempo, se dedicó a destruir líneas de comunicación, estaciones y naves de combate en puertos chilenos.
"...estoy desesperado por la impotencia. Hasta en sueños se me aparece el Huáscar espolonéandome el pecho". Pág. 213.
El relato de Inostrosa, se mueve con una gran destreza entre las acciones del Huáscar y los constantes desvaríos y fracasos del gobierno chileno por detenerlo, un gobierno que no estaba preparado para la guerra. El autor, constantemente nos presenta pequeños cuadros de las discusiones del presidente Aníbal Pinto con sus ministros, y los comunicados vía telégrafo con que definían las acciones de la escuadra Chilena.
Las escenas de lucha directa son realmente sorprendentes, Inostrosa es realmente preciso y minucioso a la hora de relatar los encuentros. No se amilana al describir la crudeza con que una granada de cañón estalla y destroza los cuerpos de los marinos. Realmente refleja el horror de la guerra y el valor que se debe tener para protagonizarla.
A partir de los diálogos con los que ficciona los datos históricos, tan cuidadosamente recopilados, logra dar humanidad a esos personajes estáticos, que solo conocimos por fotografías de las clases de historia. Las acciones de los marinos, tanto peruanos como chilenos, dejan ver el honor del hombre de mar, que lucha con valentía respetando al rival, siendo siempre la táctica y la estrategia el arma para obtener la victoria, y no los juegos sucios.
Todo esto acompañado por una narración cargada de emotividad, da un resultado magnífico a la hora de leer esta novela. Me parece una excelente forma de conocer nuestra historia, y de recordar, además, a un escritor tan destacado como Jorge Inostrosa.
Muchas gracias a Editorial Zig-Zag por el envío del ejemplar
Ricardo Carrión
Administrador del blog
No lo conocía pero va a mi lista de libros que quiero, gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn beso
Es una excelente novela histórica, no te arrepentirás. ¡Saludos!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe lo apunto!! Una buena forma de ver a estos personajes de manera más humana y no solo como bien dices el esbozo que de ellos nos mostraron en el colegio. Gran reseña!
ResponderEliminarSaludos!
¡Hola Eve!
EliminarInostrosa es famoso por Adiós al Séptimo de línea, creo que esta novela se desprende de aquella. El relato es muy emotivo y preciso, estoy seguro que te gustará. ¡Saludos!
¡Wow!
ResponderEliminarQuedé magnificada ❤
Debo leerlo sí o sí.
Gracias por compartir tu reseña,
Un saludo
¡Hola!
EliminarMe alegro que te entusiasme. La verdad es un libro muy emotivo, porque son hechos reales, cosas que sucedieron e impactan. Una lectura muy recomendable. ¡Saludos!
Holaanda que talca como andamio?? jajaja
ResponderEliminarMe gustan este tipo de libros, no he leído al autor, pero con lo que contaste me llamó la atención, además me ganaste con eso de que las escenas de acción están bien contadas, es lo más importante para un libro de este tipo!
PD1: me gustan mucho tus fotos bookstagramer y que las integres acá en el blog :)
PD2: Cómo sería leer tu libro actual con un marca páginas de una chica con un libro en la cara ah? te darían más ganas de leer? jajaja ya me dejo de bromas!
Un besoooo!
¡Hola loquilla!
EliminarInostrosa murió hace muchos años, dejó libros increíbles de novela histórica chilena. Tiene una historia bien curiosa sobre cómo llegó a escribir. Considéralo para tus futuras lecturas. Los PD. los respondí en tu blog jajaja. ¡Saludos!
Ire a copuchar! jajaja
Eliminar¡Hola Ricardo! WOW WOW WOW Desde cuando te hiciste bookstagrammer OMG que sorpresa! Juro que fue como volver a tercero de secundaria, donde llavamos durante dos meses la guerra del pacífico y la campaña marítima y terrestre. Bien recuerdo que a Chile los hacían quedar como el malo de la película, los que nos robaron territorio y ¡ahora el pisco! xD Bueno, eso no tenía nada que ver. Si mal no recuerdo el conflicto en un inicio fue con Bolivia, pero nos vimos involucrado debido a un pacto y pff luego lo demás ya es historia. ¡Encima se quedaron con nuestro Huáscar como trofeo de guerra! La verdad es que aunque teníamos una buena defensa, estábamos carente de organización. Y podría pasarme hablando todo el día de esto, pero no quiero aburrirte xD Obviamente que pienso leer este libro, así que gracias por dármelo a conocer!¡Saludos!:)
ResponderEliminar¡Hola Kara!
EliminarSí, el Huáscar se quedó acá en chile, una lástima, porque les pertenece a ustedes. Miguel Grau se describe en el libro como un tremendo estratega. Al final solo tuvo mala suerte, porque los chilenos no sabían qué hacer con él, los tenía de cabeza. Grau es uno de mis personajes favoritos del libro, sobre todo por su honor con los rivales.
Sí, estoy intentando ser bookstagrammer jajajaja, es entretenido xD. ¡Saludos!