Reseña Nº 255: Hollywood de Charles Bukowski
Hollywood es la quinta novela escrita por Charles Bukowski, publicada en 1989. La literatura de Bukowski se basa en su propia vida, sus anteriores novelas son una especie de autobiografía de la vida del escritor a través del personaje de Henry Chinaski, su álter ego. En general, su producción novelistica va contando su evolución en el mundo, como pasa de ser un joven rechazado por la sociedad a convertirse en un escritor famoso. Y es precisamente en Hollywood donde relata su llegada a la cima de su carrera, donde le piden que escriba un guión para una película que precisamente trataría sobre uno de los episodios de su vida. Henry Chinaski tendría su propia película. Esto sucede principalmente por la fama que tienen sus libros. Se venden tanto que seguramente la película también tendrá éxito.
"En cuanto a mí, mi mayor sueño en la vida era evitar el mayor número de gente posible. Cuanta menos genta veía, mejor me sentía".
En esta novela Bukowski se codea con mucha gente del cine, cosa que detesta, actores, directores, productores, abogados, escritores, poetas, en fin, es un desfile de gente famosa que se cruza en la vida de este borracho que ama escribir. Para no revelar sus nombres usa diferentes pseudónimos para cada uno. Aún así se logra dilucidar la identidad de algunos como la de Mickey Rourke, Faye Dunaway y Sean Penn.
"A menudo, con los humanos, ya sean buenos o malos, mis sentidos se cansan, simplemente desconectan, me doy por vencido. Soy educado. Asiento con la cabeza. Hago como si comprendiera porque no quiero que nadie se sienta herido. Este es mi punto débil, el que más problemas me ha causado. Muchas veces, cuando intento ser amable con los demás, lo que consigo es que mi alma se deshaga en una especie de pasta espiritual".
El Henry Chinaski de esta historia es una persona completamente diferente a la de sus anteriores libros. Ya tiene 65 años, tiene una relación seria con Linda, tiene cinco gatos, un lugar fijo donde vivir, un auto nuevo y una prometedora cuenta en el banco. Se puede dedicar a escribir tranquilo, ir al hipódromo y visitar el set de grabación de la película. Incluso le proponen formas de evadir impuestos, cosa que no gusta mucho al escritor, no quiere problemas.
Ha dejado atrás las borracheras, las peleas callejeras, las visitas a emergencias, las noches de sueño en los bancos del parque, y los desagradables amaneceres entre tarros de basura sin la billetera en su bolsillo. En fin, es un nuevo Hank.
Ha dejado atrás las borracheras, las peleas callejeras, las visitas a emergencias, las noches de sueño en los bancos del parque, y los desagradables amaneceres entre tarros de basura sin la billetera en su bolsillo. En fin, es un nuevo Hank.
"Escribir un guión me parecía en el fondo algo muy estúpido. Pero hombres mejores que yo habían sido atrapados en tan ridícula acción".
Pero no puede existir película sin guión y eso es lo que molesta a Chinaski, siente que escribir un guión no es nada glorioso, lo encuentra ridículo y sin valor literario. A regañadientes y debido a una tentadora suma de dinero, además de cierta amistad que lo relaciona con el director y productor Jon Pitchon, el cual le pide encarecidamente que escriba la película, decide hacerlo. Finalmente lo termina y el resultado le parece satisfactorio. Una vez el guión está escrito se empieza a mover la maquinaria Hollywoodense y Jon Pitchon hará todo lo posible para conseguir financiamiento para la película que se llamará El baile de Jim Beam. Aunque en la realidad la película se tituló Barfly.
El libro no sería lo mismo sin el personaje de Pitchon, el director y productor suizo cuyo nombre real es Barbet Schroeder. Él es el responsable de conectar el mundo de Chinaski con el de Hollywood, impulsa todo el tiempo el desarrollo de la película e invita a Chinaski a todas partes para que conozca personas, posibles inversores y actores. Vive prácticamente en la pobreza, pero sus innumerables conexiones con el mundo del espectáculo le permiten sacar adelante sus proyectos. Las escenas más divertidas del la historia corren por cuenta de este personaje.
El desarrollo de la historia inicia con la creación del guión, luego continua con un periodo en donde se intenta conseguir financiamiento y personas interesadas para participar en el desarrollo de la película, una vez conseguido el presupuesto y los actores se da inicio al rodaje, para finalmente exponer la película en el cine. Todo este desarrollo de la película es seguido de cerca por Chinaski, quien a través de sus ojos nos cuenta como es realmente el mundo de Hollywood detrás de cámara y cómo el dinero se vuelve el eje de toda la trama. A través de fiestas, reuniones y entrevistas, Chinaski critica a la sociedad desde su ya clásica postura frente al mundo. Devela de alguna manera, la pérfida naturaleza humana que se esconde detrás de los focos y las cámaras, la cual no dista mucho de la realidad que vivió en su juventud.
A través de la película, el escritor da una mirada hacia el pasado, a los días en que era un joven bebedor. Su mirada es de nostalgia. Extraña su energía, sus romances, sus amigos y conocidos que ya han partido de este mundo. Luego vuelve a su realidad, a su fama, a sus gatos, concluyendo que la vida es mejor ahora, que un hombre realmente empieza a vivir a los 65 años.
En general, es un libro muy rápido de leer a pesar de sus más de 300 páginas. Como el desarrollo del argumento depende de los diversos encuentros con excéntricos personajes, gran parte de la historia está escrita en diálogos cortos, de esos que Bukowski sabe escribir, con ritmo, con una cadencia que no te aburre. La historia en sí es muy simple, pero la forma en que el autor plasma sus pensamientos y su característico humor en medio del rancio ambiente de Hollywood le da al libro un ángulo interesante y diferente que solo Bukowski, el genio de las palabras, podría darle a lo que debería ser un aburrido relato. Hay que saber escribir, saber encantar al lector, hacer que las palabras bailen, y solo quien ama escribir puede lograr aquello.
"¡Qué raros estos dioses! Ahora me estaban empujando a escribir un guión. Algo que no me apetecía. Claro que yo sabía que si lo escribía sería bueno. No impresionante, pero sí bueno. Soy un genio con las palabras".
El libro no sería lo mismo sin el personaje de Pitchon, el director y productor suizo cuyo nombre real es Barbet Schroeder. Él es el responsable de conectar el mundo de Chinaski con el de Hollywood, impulsa todo el tiempo el desarrollo de la película e invita a Chinaski a todas partes para que conozca personas, posibles inversores y actores. Vive prácticamente en la pobreza, pero sus innumerables conexiones con el mundo del espectáculo le permiten sacar adelante sus proyectos. Las escenas más divertidas del la historia corren por cuenta de este personaje.
"De repente me pareció algo estúpido que alguien quisiera saber lo que yo pensaba. La mejor parte de un escritor está sobre el papel. La otra parte es, normalmente, una idiotez".
El desarrollo de la historia inicia con la creación del guión, luego continua con un periodo en donde se intenta conseguir financiamiento y personas interesadas para participar en el desarrollo de la película, una vez conseguido el presupuesto y los actores se da inicio al rodaje, para finalmente exponer la película en el cine. Todo este desarrollo de la película es seguido de cerca por Chinaski, quien a través de sus ojos nos cuenta como es realmente el mundo de Hollywood detrás de cámara y cómo el dinero se vuelve el eje de toda la trama. A través de fiestas, reuniones y entrevistas, Chinaski critica a la sociedad desde su ya clásica postura frente al mundo. Devela de alguna manera, la pérfida naturaleza humana que se esconde detrás de los focos y las cámaras, la cual no dista mucho de la realidad que vivió en su juventud.
"Siempre estaba la máquina de escribir para salvarme, para hablarme, para entretenerme, para salvarme el culo. Esencialmente era por eso por lo que escribía: para salvarme el culo, para salvarme del manicomio, de las calles, de mí mismo".
A través de la película, el escritor da una mirada hacia el pasado, a los días en que era un joven bebedor. Su mirada es de nostalgia. Extraña su energía, sus romances, sus amigos y conocidos que ya han partido de este mundo. Luego vuelve a su realidad, a su fama, a sus gatos, concluyendo que la vida es mejor ahora, que un hombre realmente empieza a vivir a los 65 años.
"Aunque aquella época no había sido una época desdichada, había sido, en su mayor parte, una época de vacío y espera".
"Me moría de hambre con tal de tener tiempo para escribir. Había estado loco y lo sabía y no me importaba".
En general, es un libro muy rápido de leer a pesar de sus más de 300 páginas. Como el desarrollo del argumento depende de los diversos encuentros con excéntricos personajes, gran parte de la historia está escrita en diálogos cortos, de esos que Bukowski sabe escribir, con ritmo, con una cadencia que no te aburre. La historia en sí es muy simple, pero la forma en que el autor plasma sus pensamientos y su característico humor en medio del rancio ambiente de Hollywood le da al libro un ángulo interesante y diferente que solo Bukowski, el genio de las palabras, podría darle a lo que debería ser un aburrido relato. Hay que saber escribir, saber encantar al lector, hacer que las palabras bailen, y solo quien ama escribir puede lograr aquello.
"Necesitaba escribir, era como una enfermedad, una droga, una fuente de compulsión, sin embargo no me gustaba verme a mí mismo como escritor". "Nunca se era un escritor. Uno tenía que convertirse en escritor cada vez que se sentaba a la máquina".
Ricardo Carrión
Administrador del blog
A veces divertida, a veces dramática, una lectura sin duda absorbente.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Una lectura muy absorbente. Sin importar el contexto en que se encuentre, Bukowski sabe como mantener la atención del lector en sus escritos. ¡Saludos!
EliminarMi primer libro de Bukowski ,me impresionó su obra y vida que tubo este borracho de las letras ...más por qué recordé cuando era niño y tuve acné ,bueno sigo teniendo espontáneamente pero ya casi saliendo de eso y es difícil vivir así y no se vive se si revive entre otros aflicciones que tenía tiempo atras ...lo de el acné me sentí en sus zapatos ,no hay quien te salve del maldito acné ...
ResponderEliminarEn el fondo de su mente atormentada estaba el estigma de ser un homosexual atormentado por su fealdad, todo lo contrario de otro homosexual anterior y encarcelado en su tiempo, que fue Oscar Wilde.
ResponderEliminarcualquier disparate tu comentario, de donde sacaste que era homosexual, si le encantaban las mujeres, y hasta el titulo de uno de sus mejores libros se llama mujeres y contaba sus experiencias con ellas.
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