El Alienista (1994)
El alienista Caleb Carr |
Caleb Carr (1955) (60 años)
Ediciones B (2014)
675 Páginas
ISBN: 978-84-9872-896-5
Novela Negra
Para mí Caleb Carr claramente está influenciado por Arthur Conan Doyle, el estilo de esta novela me recordó mucho al usado por Doyle en Sherlock Holmes, incluso podemos ver en la obra ciertos elementos que parecen puestos a propósito como una forma de homenajear al reconocido escritor.
Me encantan las novelas negras de época sobre todo si te la cuenta un especialista en historia militar y política como Caleb Carr. En esta ocasión nos remontamos al Nueva York de 1896, que se encuentra en transición, donde la época victoriana está quemando sus últimas etapas y lentamente comienzan a visualizarse las grandes construcciones que harán de Nueva York la ciudad que actualmente conocemos.
La corrupción es el pan de cada día, todas las altas esferas se encuentran renovando personal para intentar acabar de raíz con este problema. La prefectura de policía de Nueva York no es la excepción por lo cual colocan en el puesto de jefe a un hombre enérgico y de confianza, Theodore Roosevelt. Que en el futuro llegará a ser presidente de los Estados Unidos. La determinación de este hombre en resolver el horrible asesinato y mutilación de un joven, lo ponen en la pista de lo que podría ser un asesinato en serie de jóvenes, casi niños, que practican la prostitución.
Pero un ambiente hostil rodea a Roosevelt, hay presiones para sacarlo de su puesto y no confía en todos sus subalternos, la corrupción es muy fuerte y muchos siguen aliados al anterior jefe de la prefectura. Y en aquella época ni a los diarios ni a la policía les interesa lo que pasa en los bajos fondos, prefieren ignorarlo. Por lo tanto Roosevelt se ve en la necesidad de formar un equipo que investigue desde fuera y de forma confidencial estos asesinatos.
Para esto recurre a dos de sus viejos amigos de la universidad: John Schuyler Moore y Laszlo Kreizler
Pero un ambiente hostil rodea a Roosevelt, hay presiones para sacarlo de su puesto y no confía en todos sus subalternos, la corrupción es muy fuerte y muchos siguen aliados al anterior jefe de la prefectura. Y en aquella época ni a los diarios ni a la policía les interesa lo que pasa en los bajos fondos, prefieren ignorarlo. Por lo tanto Roosevelt se ve en la necesidad de formar un equipo que investigue desde fuera y de forma confidencial estos asesinatos.
Para esto recurre a dos de sus viejos amigos de la universidad: John Schuyler Moore y Laszlo Kreizler
John Moore es el cronista de esta historia, todo se relata desde su punto de vista, trabaja para el diario "Times" encargándose de los sucesos delictivos. Este personaje es muy parecido a John Watson, el también cronista de los relatos de Sherlock Holmes, hasta tienen el mismo nombre. Moore es algo ingenuo pero de buen corazón, a veces corre peligros innecesariamente, pero nunca le falta el valor para hacer frente a todo peligro.
Laszlo Kreisler es el alienista, en aquella época se les llamaba así a los que trataban enfermedades mentales, pero no es como un psicólogo normal de nuestro tiempo. Kreisler entiende muy bien la teoría y la práctica, él mismo estudia y disecciona cerebros. Por esta capacidad es escogido por Roosevelt para que encabece el equipo de investigación. Pero Kreisler acepta sólo con la condición de tener como ayudante a Moore (otro guiño a Sherlock Holmes, se repite la dupla).
Kreisler es astuto, analítico y misterioso, no le gusta anticipar sus deducciones ni sus ideas, hasta que llegue el momento indicado. Entre sus pacientes ha reclutado a varios individuos marginados por la sociedad. Los que actúan como ayudantes de terreno y son de su total confianza, lo que recuerda mucho a los irregulares de Baker Street.
Los hermanos Isaacson, son dos sargentos detectives elegidos por Roosevelt para apoyar a Kreisler, son de su total confianza ya que el resto de la policía no los aprecia, debido a sus métodos modernos de investigación, como el uso de huellas digitales, la antropometría y el análisis de escritura, son sumamente brillantes e innovadores en su campo. Son una pieza vital en la investigación.
Sara Howard, es una de las primera mujeres en trabajar en el departamento de policía, algo completamente innovador en aquella época, aunque quiere ser detective, logra entrar como secretaria de Roosevelt y él la elije como el último miembro que se encargará de encontrar al despiadado asesino. Sara es muy hábil con las armas y posee una gran puntería, su valor y determinación es fundamental cuando la investigación se complica.
Laszlo Kreisler es el alienista, en aquella época se les llamaba así a los que trataban enfermedades mentales, pero no es como un psicólogo normal de nuestro tiempo. Kreisler entiende muy bien la teoría y la práctica, él mismo estudia y disecciona cerebros. Por esta capacidad es escogido por Roosevelt para que encabece el equipo de investigación. Pero Kreisler acepta sólo con la condición de tener como ayudante a Moore (otro guiño a Sherlock Holmes, se repite la dupla).
Kreisler es astuto, analítico y misterioso, no le gusta anticipar sus deducciones ni sus ideas, hasta que llegue el momento indicado. Entre sus pacientes ha reclutado a varios individuos marginados por la sociedad. Los que actúan como ayudantes de terreno y son de su total confianza, lo que recuerda mucho a los irregulares de Baker Street.
Los hermanos Isaacson, son dos sargentos detectives elegidos por Roosevelt para apoyar a Kreisler, son de su total confianza ya que el resto de la policía no los aprecia, debido a sus métodos modernos de investigación, como el uso de huellas digitales, la antropometría y el análisis de escritura, son sumamente brillantes e innovadores en su campo. Son una pieza vital en la investigación.
Sara Howard, es una de las primera mujeres en trabajar en el departamento de policía, algo completamente innovador en aquella época, aunque quiere ser detective, logra entrar como secretaria de Roosevelt y él la elije como el último miembro que se encargará de encontrar al despiadado asesino. Sara es muy hábil con las armas y posee una gran puntería, su valor y determinación es fundamental cuando la investigación se complica.
Este equipo se encargará de encontrar al asesino en serie. Pero no tienen pistas sobre él, lo que los lleva a crear un perfil psicológico para poder identificarlo, pero al parecer el asesino sabe más de ellos de lo que piensan, y siempre se les adelanta a sus acciones.
Esta novela tiene muchos elementos de psicología, lo que debiera generar una trama lenta. Pero es todo lo contrario. A veces el misterio es el que te hace devorar las páginas, otras veces es la acción y otras el horror. Porque hay mucha crudeza y crueldad relatada, los asesinatos son bastante fuertes, muy similares a los Crímenes de la calle Morgue de Poe, pero aún más crueles. Los escenarios de la investigación son los bajos fondos de Nueva York, el mundo de los inmigrantes y de los gángster, en específico los locales de prostitución infantil de carácter homosexual. Básicamente son niños que se prostituyen como una forma de vida. Las leyes de aquella época consideraban a los niños como autónomos y podían tomar sus propias decisiones, no había ningún organismo que los protegiera.
Se discute durante toda la novela si un asesino nace o se hace. Kreisler es partidario de que los sucesos de la infancia son los responsables de crear a un asesino. En el transcurso de la historia se podrá comprobar si está o no en lo correcto.
Personalmente el libro me gustó mucho siempre me mantuvo entretenido, aunque hay escenas de asesinatos un poco fuertes, el autor lo suaviza y no llega a ser grotesco. Me gustó mucho el ambiente de camaradería, justicia y amistad que se forma en el equipo de investigación. Kreisler es un líder natural, siempre acompañado por Moore, quién lo admira profundamente. La colaboración de Roosevelt y los demás personajes aportando cada uno su especialidad me pareció perfecta. Se habla mucho de psicología pero el autor lo divide en varias partes para no aburrir.
Me volví a sentir como en Londres, con un misterioso Holmes que no adelanta nada de lo que averigua, que se guarda información importante para no arruinar el plan. Siempre dejando a su compañero en ascuas, pero este lo respalda de todas formas. Aquí no encontraremos deducciones sobre detalles buscados con lupa, sino sobre la psicología humana. A pesar de sus más de 600 páginas el libro se me hizo corto.
Caleb Carr me devolvió a la época victoriana a través de sus conocimientos y su rigor histórico, al igual como lo hacía Doyle, la diferencia es que uno vivió en esa época y el otro no.
Como dato extra Caleb Carr escribió un libro con Sherlock Holmes como protagonista siguiendo la senda de Conan Doyle. Llamado "El caso del secretario italiano."
Esta novela tiene muchos elementos de psicología, lo que debiera generar una trama lenta. Pero es todo lo contrario. A veces el misterio es el que te hace devorar las páginas, otras veces es la acción y otras el horror. Porque hay mucha crudeza y crueldad relatada, los asesinatos son bastante fuertes, muy similares a los Crímenes de la calle Morgue de Poe, pero aún más crueles. Los escenarios de la investigación son los bajos fondos de Nueva York, el mundo de los inmigrantes y de los gángster, en específico los locales de prostitución infantil de carácter homosexual. Básicamente son niños que se prostituyen como una forma de vida. Las leyes de aquella época consideraban a los niños como autónomos y podían tomar sus propias decisiones, no había ningún organismo que los protegiera.
Se discute durante toda la novela si un asesino nace o se hace. Kreisler es partidario de que los sucesos de la infancia son los responsables de crear a un asesino. En el transcurso de la historia se podrá comprobar si está o no en lo correcto.
Personalmente el libro me gustó mucho siempre me mantuvo entretenido, aunque hay escenas de asesinatos un poco fuertes, el autor lo suaviza y no llega a ser grotesco. Me gustó mucho el ambiente de camaradería, justicia y amistad que se forma en el equipo de investigación. Kreisler es un líder natural, siempre acompañado por Moore, quién lo admira profundamente. La colaboración de Roosevelt y los demás personajes aportando cada uno su especialidad me pareció perfecta. Se habla mucho de psicología pero el autor lo divide en varias partes para no aburrir.
Me volví a sentir como en Londres, con un misterioso Holmes que no adelanta nada de lo que averigua, que se guarda información importante para no arruinar el plan. Siempre dejando a su compañero en ascuas, pero este lo respalda de todas formas. Aquí no encontraremos deducciones sobre detalles buscados con lupa, sino sobre la psicología humana. A pesar de sus más de 600 páginas el libro se me hizo corto.
Caleb Carr me devolvió a la época victoriana a través de sus conocimientos y su rigor histórico, al igual como lo hacía Doyle, la diferencia es que uno vivió en esa época y el otro no.
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Como dato extra Caleb Carr escribió un libro con Sherlock Holmes como protagonista siguiendo la senda de Conan Doyle. Llamado "El caso del secretario italiano."
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