Colaboración de los Irregulares de Baker Street
¡Hola a todos! Desde los inicios del blog tengo dos queridísimas amigas Bloggers que aman igual que yo la serie de Sherlock de la BBC. Y durante el año logré además que se entusiasmaran y leyeran "Estudio en escarlata", por lo que su fanatismo por Sherlock ha ido en aumento. Hace muy poco formamos un pequeños grupo en Twitter llamado los irregulares de Baker Street y nos pusimos como meta realizar alguna actividad conjunta previo al estreno de la cuarta temporada de la serie "Sherlock". Nuestra ansiedad ha llegado a tanto que decidimos escribir nuestro propio primer episodio de la cuarta temporada en forma de novela, que consta de tres capítulos. Ya que somos tres cada uno escribió uno intentado seguir el hilo del anterior pero incorporando ideas propias, estilo narrativo propio y matando personajes que nos estorban si era necesario jaja (Sihana Style). Los invito a pasarse por los tres blogs para conocer la historia completa.
Como me tocó iniciar la historia, decidí centrarme en el título que tendrá el primer episodio que se estrenará el 2017 llamado "The Six Thatchers" que hace alusión al relato de Doyle "Los seis napoleones" por lo cual decidí titular la historia ficticia como "The six books".
The six books
Agradecimientos a Gio por la imagen |
Extracto del blog del Doctor John Watson
Luego de que Mycroft cobrara algunos "favores" e insistiendo en que Sherlock era el único capaz de enfrentar a Moriarty logró en alguna medida, retrasar cualquier represalia que pudiera caer sobre su hermano luego del caso de Charles Augustus Milverton. Permitiendo a Holmes la libertad de acción y el regreso a Baker Street. En aquellos tiempos yo había decidido vivir con Mary y nuestra hija. El asunto es que visitaba regularmente a mi amigo y uno de aquellos días, no solamente yo había decidido pasar a visitarlo. Cuando entré con mi llave, que aún poseía, me encontré con el inspector Lestrade charlando amenamente con Holmes. Me senté junto a ellos y conversamos largamente sobre nuestra vida, hasta que Lestrade mencionó una curiosa situación que llamaba la atención del New Scotland Yard.
- ¿Qué diría usted Holmes de un ladrón que entra a una propiedad y no roba nada material?
- Diría que es un ladrón muy original.
- Pues más que original, ha sido un verdadero dolor de cabeza. Entra a costosas residencias y su modus operandi es el mismo: Extrae un volumen encuadernado en cuero de "Las mil y una noches", y se sienta en un escritorio a leerlo. A la mañana siguiente, los propietarios encuentran el volumen abierto y la evidencia suficiente de que alguien forzó alguna ventana o puerta de su casa.
- ¿Cómo sabe usted que se sienta a leer?
- Es solo una hipotesis, ya que deja el libro abierto a medio camino y una lampara encendida sobre él. Ya ha sucedido en tres residencias. En todas se repite el mismo patrón.
- Entonces, me está diciendo que el tipo fuerza una propiedad para retomar la lectura de un libro que no alcanzó a terminar en la otra casa jaja. ¡Es una locura! - intervine yo.
- ¿Los tres libros han sido encuadernados en el mismo sitio? - preguntó Sherlock
- Sí, provienen del mismo lugar ¿Por qué?
- Quizá podríamos estar a las puertas de un gran misterio.
- Si quiere podría echarnos una mano. No es algo urgente, pero los extraños hechos del "ladrón lector" muy pronto aparecerán en la prensa.
Holmes se levantó muy enérgico, frotó sus manos, tomó su abrigo y pidiendo a Lestrade que nos acompañara camino a entrevistar al encuadernador, me sonrío con esa cara que demostraba que algo sabía y que acababa de encontrar una respuesta en la fantástica historia de Lestrade. Por supuesto no nos dijo nada a lo largo de todo el camino.
El encuadernador tenía un pequeño taller en Kennington road, un lugar muy rudimentario donde todo se hacía a mano, era un tipo pequeño con una sonrisa bastante lambiscona. Luego de las preguntas de rutina de Lestrade. Holmes lo llevó a un lado y lo interrogó.
- ¿Ah desaparecido algún empleado en este último tiempo?
- Sí, ¿Cómo lo sabe?. Una chica, era muy buena con la manos, sus trabajos eran los mejores, pero hace un año no volvió nunca más a trabajar.
- Dígame -insistió Holmes- Por casualidad no habrá ella encuadernado una edición de lujo de "Las mil y una noches".
- Sí, ¿Es usted mago? De hecho lo recuerdo muy bien, esas ediciones eran encargos de clientes muy sofisticados, Las mil y una noches es un libro muy grueso y requiere de cierta destreza lograr un encuadernado perfecto. Ella lo hizo muy bien.
- ¿Cuántos libros de esos fueron pedidos?
- Solo seis
- ¿Tiene las direcciones de dónde fueron enviados?
- Sí, claro. Las busco y se las facilito enseguida, mi querido señor Holmes
Mientras se alejaba el pequeño adulador, Holmes lo miraba con inquietud. Lestrade se unió a nosotros y Holmes le pidió que investigara sobre la supuesta empleada que había desaparecido.
Nos despedimos de Lestrade en la puerta del taller. Por supuesto que las tres casas en las que el ladrón misterioso actuó pertenecían a la lista, solo quedaban tres, nos dirigimos a la primera. Era un lugar bastante modesto, su dueño nos abrió reticente, pero Holmes inmediatamente empezó a adularlo, al parecer era un conocido blogger literario que se hacía llamar Mr. D. Me sentí bastante incómodo mientras Holmes se hacía pasar por un fan en una de sus típicas representaciones.
Finalmente gracias a las artes de mi amigo logramos tener el dichoso ejemplar en nuestras manos, y logramos examinarlo con atención. Al parecer Mr. D. solo lo había comprado porque la chica que lo encuadernaba era muy bella y nos resultó bastante fácil comprárselo. El libro no tenía nada extraordinario tras un análisis preliminar, así que nos dirigimos a la siguiente dirección.
Era una casa enorme, muy lujosa. Igual que las anteriormente vulneradas. Nos apostamos al frente a observarla y planear nuestra actuación para engañar al dueño y nos dejara inspeccionar el libro.
Holmes estaba seguro que el libro tenía que tener algo que el ladrón quería y tenía un plan para capturar a nuestro fanático lector de lo ajeno.
- Piensa John, si tuvieras una buena posición económica. ¿Para qué tener un pesado libro de "Las mil y una noches?
- ¿Para leerlo?
- No, la gente así no compra un libro de esas características para leer, lo usan solo como elemento decorativo en sus bibliotecas. Dime John, si estuvieras apurado ¿dónde sería un buen lugar para esconder algo?
- Estás diciendo que...
- Elemental, un libro que no lee nadie es un gran escondite en un momento de apuro para una encuadernadora. Y ella o alguien más ha regresado por ello.
Cuando nos acercamos a la puerta de la enorme casa y tocamos el timbre, nos percatamos que una extraña mujer con un pasamontañas que solo dejaba ver sus ojos, salía por la ventana del segundo piso. Holmes gritó.
- ¡Es ella, John! Tiene el libro.
En ese momento de confusión recuerdo que por algún milagro nos apartamos de la puerta de entrada para observar a la mujer hacia arriba, en cuanto ella desapareció, una tremenda explosión nos arrojó lejos, la casa había volado en pedazos. Mi amigo y yo yacíamos en el suelo. Holmes con el rostro ensangrentado balbuceaba...
- Es ella John, sus ojos.. no podría olvidar esos ojos..
- ¿Los tres libros han sido encuadernados en el mismo sitio? - preguntó Sherlock
- Sí, provienen del mismo lugar ¿Por qué?
- Quizá podríamos estar a las puertas de un gran misterio.
- Si quiere podría echarnos una mano. No es algo urgente, pero los extraños hechos del "ladrón lector" muy pronto aparecerán en la prensa.
Holmes se levantó muy enérgico, frotó sus manos, tomó su abrigo y pidiendo a Lestrade que nos acompañara camino a entrevistar al encuadernador, me sonrío con esa cara que demostraba que algo sabía y que acababa de encontrar una respuesta en la fantástica historia de Lestrade. Por supuesto no nos dijo nada a lo largo de todo el camino.
El encuadernador tenía un pequeño taller en Kennington road, un lugar muy rudimentario donde todo se hacía a mano, era un tipo pequeño con una sonrisa bastante lambiscona. Luego de las preguntas de rutina de Lestrade. Holmes lo llevó a un lado y lo interrogó.
- ¿Ah desaparecido algún empleado en este último tiempo?
- Sí, ¿Cómo lo sabe?. Una chica, era muy buena con la manos, sus trabajos eran los mejores, pero hace un año no volvió nunca más a trabajar.
- Dígame -insistió Holmes- Por casualidad no habrá ella encuadernado una edición de lujo de "Las mil y una noches".
- Sí, ¿Es usted mago? De hecho lo recuerdo muy bien, esas ediciones eran encargos de clientes muy sofisticados, Las mil y una noches es un libro muy grueso y requiere de cierta destreza lograr un encuadernado perfecto. Ella lo hizo muy bien.
- ¿Cuántos libros de esos fueron pedidos?
- Solo seis
- ¿Tiene las direcciones de dónde fueron enviados?
- Sí, claro. Las busco y se las facilito enseguida, mi querido señor Holmes
Mientras se alejaba el pequeño adulador, Holmes lo miraba con inquietud. Lestrade se unió a nosotros y Holmes le pidió que investigara sobre la supuesta empleada que había desaparecido.
Nos despedimos de Lestrade en la puerta del taller. Por supuesto que las tres casas en las que el ladrón misterioso actuó pertenecían a la lista, solo quedaban tres, nos dirigimos a la primera. Era un lugar bastante modesto, su dueño nos abrió reticente, pero Holmes inmediatamente empezó a adularlo, al parecer era un conocido blogger literario que se hacía llamar Mr. D. Me sentí bastante incómodo mientras Holmes se hacía pasar por un fan en una de sus típicas representaciones.
Finalmente gracias a las artes de mi amigo logramos tener el dichoso ejemplar en nuestras manos, y logramos examinarlo con atención. Al parecer Mr. D. solo lo había comprado porque la chica que lo encuadernaba era muy bella y nos resultó bastante fácil comprárselo. El libro no tenía nada extraordinario tras un análisis preliminar, así que nos dirigimos a la siguiente dirección.
Era una casa enorme, muy lujosa. Igual que las anteriormente vulneradas. Nos apostamos al frente a observarla y planear nuestra actuación para engañar al dueño y nos dejara inspeccionar el libro.
Holmes estaba seguro que el libro tenía que tener algo que el ladrón quería y tenía un plan para capturar a nuestro fanático lector de lo ajeno.
- Piensa John, si tuvieras una buena posición económica. ¿Para qué tener un pesado libro de "Las mil y una noches?
- ¿Para leerlo?
- No, la gente así no compra un libro de esas características para leer, lo usan solo como elemento decorativo en sus bibliotecas. Dime John, si estuvieras apurado ¿dónde sería un buen lugar para esconder algo?
- Estás diciendo que...
- Elemental, un libro que no lee nadie es un gran escondite en un momento de apuro para una encuadernadora. Y ella o alguien más ha regresado por ello.
Cuando nos acercamos a la puerta de la enorme casa y tocamos el timbre, nos percatamos que una extraña mujer con un pasamontañas que solo dejaba ver sus ojos, salía por la ventana del segundo piso. Holmes gritó.
- ¡Es ella, John! Tiene el libro.
En ese momento de confusión recuerdo que por algún milagro nos apartamos de la puerta de entrada para observar a la mujer hacia arriba, en cuanto ella desapareció, una tremenda explosión nos arrojó lejos, la casa había volado en pedazos. Mi amigo y yo yacíamos en el suelo. Holmes con el rostro ensangrentado balbuceaba...
- Es ella John, sus ojos.. no podría olvidar esos ojos..
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