El príncipe de los cuatro vientos (Las memorias del juramento II)
Análisis y opinión
Joseph Michael Brennan
Penguin Random House
Montena
462 Páginas
Fantasía épica
El escritor Chileno Joseph Michael Brennan publicó en Mayo de este año su primer libro de fantasía llamado "Las cenizas del juramento"; el cual da inicio a la trilogía: "Las memorias del juramento".
Ya estamos a Diciembre y Joseph nos ha sorprendido con la segunda parte de esta fantástica historia. Si aún no han leído el primer libro y quieren saber de qué trata, les dejo el enlace a la reseña: "Las cenizas del juramento"
En la primera entrega, a través del viaje que emprenden Tahmuz, Tarian y Doenal, nos introducimos en el mundo de "El Sur", conocimos sus leyendas, costumbres y su geografía. Aunque la historia se centró principalmente en salvar la vida del príncipe Tarian, quien es el último obstáculo para que el malvado General Galkirion se ponga definitivamente al frente de la República de los Cuatro Vientos. Hay otro personaje que destacó dentro del relato: La Bestia. Este asesino despiadado con habilidades sobrehumanas, fue siempre un misterio; a lo largo del libro pequeños detalles se fueron revelando acerca de sus orígenes, lo que indicaba que tras de sí, se encontraba una intrincada historia.
En "El príncipe de los cuatro vientos" no solo se retoma la acción desde que el príncipe Tarian es culpado por un crimen que no cometió, sino que también nos introduce de lleno a los orígenes de "La bestia". Para ello, el autor nos presenta un nuevo personaje llamado "Ataru".
Según los cuentos de los pueblos bárbaros, más allá de las montañas muertas hay un mundo dominado por Dioses a los que llaman "Los condenados" o "Araoikan". Dicho pueblo era solo una leyenda hasta la aparición de la bestia.
El libro inicia alternando capítulos, unos para reencontrarnos con Tarian, Tahmuz y los juramentados. y otros para introducirnos en el enigmático mundo de donde proviene la bestia, el imperio Asuranna, a través de la historia de Ataru:
El imperio "Asuranna", se encuentra al norte de las montañas muertas, es un lugar selvático donde por muchos siglos desde su creación el emperador Dragón, padre de toda la estirpe divina, y sus descendientes, gobernaron aquellas tierras desde el Palacio Arcoíris. Hasta que el sexto emperador decidió dividir las tierras entre sus hermanos en diversas casas. Desde aquel entonces cada una de ellas, dirigida por una familia divina o aristocrática, se encuentra en guerra con las demás, por la dominación total del imperio.
La sociedad está dividida en dos grupos: los "Asuranna" (dioses vivientes) y los "Aheg-asuranna" (semidioses). Los hijos de aristócratas son los únicos capaces de elevarse a la categoría de dioses, por medio de un macabro ritual que deben realizar al cumplir quince años. Los semidioses son solo considerados como servidores, y se les respeta debido a su lejano parentesco con la estirpe divina. Hay también seres humanos normales que sirven como esclavos en las casas. Los Asuranna tienen firmemente arraigado que no hay ningún vínculo con dichos seres humanos, los consideran insignificantes, son solo mascotas, y más aún, a lo pocos que viven libres en la selva, los ven como presas, considerándolos dentro del grupo del reino animal.
Ya estamos a Diciembre y Joseph nos ha sorprendido con la segunda parte de esta fantástica historia. Si aún no han leído el primer libro y quieren saber de qué trata, les dejo el enlace a la reseña: "Las cenizas del juramento"
En la primera entrega, a través del viaje que emprenden Tahmuz, Tarian y Doenal, nos introducimos en el mundo de "El Sur", conocimos sus leyendas, costumbres y su geografía. Aunque la historia se centró principalmente en salvar la vida del príncipe Tarian, quien es el último obstáculo para que el malvado General Galkirion se ponga definitivamente al frente de la República de los Cuatro Vientos. Hay otro personaje que destacó dentro del relato: La Bestia. Este asesino despiadado con habilidades sobrehumanas, fue siempre un misterio; a lo largo del libro pequeños detalles se fueron revelando acerca de sus orígenes, lo que indicaba que tras de sí, se encontraba una intrincada historia.
En "El príncipe de los cuatro vientos" no solo se retoma la acción desde que el príncipe Tarian es culpado por un crimen que no cometió, sino que también nos introduce de lleno a los orígenes de "La bestia". Para ello, el autor nos presenta un nuevo personaje llamado "Ataru".
Según los cuentos de los pueblos bárbaros, más allá de las montañas muertas hay un mundo dominado por Dioses a los que llaman "Los condenados" o "Araoikan". Dicho pueblo era solo una leyenda hasta la aparición de la bestia.
El libro inicia alternando capítulos, unos para reencontrarnos con Tarian, Tahmuz y los juramentados. y otros para introducirnos en el enigmático mundo de donde proviene la bestia, el imperio Asuranna, a través de la historia de Ataru:
El imperio "Asuranna", se encuentra al norte de las montañas muertas, es un lugar selvático donde por muchos siglos desde su creación el emperador Dragón, padre de toda la estirpe divina, y sus descendientes, gobernaron aquellas tierras desde el Palacio Arcoíris. Hasta que el sexto emperador decidió dividir las tierras entre sus hermanos en diversas casas. Desde aquel entonces cada una de ellas, dirigida por una familia divina o aristocrática, se encuentra en guerra con las demás, por la dominación total del imperio.
La sociedad está dividida en dos grupos: los "Asuranna" (dioses vivientes) y los "Aheg-asuranna" (semidioses). Los hijos de aristócratas son los únicos capaces de elevarse a la categoría de dioses, por medio de un macabro ritual que deben realizar al cumplir quince años. Los semidioses son solo considerados como servidores, y se les respeta debido a su lejano parentesco con la estirpe divina. Hay también seres humanos normales que sirven como esclavos en las casas. Los Asuranna tienen firmemente arraigado que no hay ningún vínculo con dichos seres humanos, los consideran insignificantes, son solo mascotas, y más aún, a lo pocos que viven libres en la selva, los ven como presas, considerándolos dentro del grupo del reino animal.
"...su posición es equivalente a la de un buey de tiro, una vaca lechera o un ave de corral. La mayoría, en cambio, que habita aún los bosques, y las tierras salvajes, es vista como carne de caza." Pág. 31.
En esta sociedad vive Ataru, hijo de Asur-Tharisag el Dios Resplandeciente, señor de la casa de las espinas. Ataru desde pequeño siente que no está a la altura de las expectativas, no aguanta la presión de ser hijo de uno de los dioses más poderosos del imperio. Su espíritu, su esencia, vive en la dualidad de intentar encajar en el mundo de los dioses o la de aceptar definitivamente su debilidad. A sus quince años deberá enfrentar el ritual de la transfiguración para convertirse en dios y además presenciará un hecho inédito en el imperio: El primer intento de cruzar las montañas prohibidas en dirección a "El Sur".
En paralelo, Tarian intenta aprovechar su victoria en el último enfrentamiento con las huestes del general Galkirion y a través de su ventaja marítima y con la ayuda de sus amigos, tratará de limpiar su nombre de la falsa acusación de asesinato y de recuperar su lugar como el Príncipe de los cuatro vientos para restablecer la república en "El Sur". Peleará duras batallas junto a Tahmuz y los juramentados, tanto con la espada en el campo de batalla como con la palabra en diversos foros para demostrar su verdad.
Por medio de diversas negociaciones se hace de poderosos aliados con el fin de obligar a Galkirion a rendirse. Pero los hechos no son lo que parecen y las motivaciones del General para hacerse con el poder, eran muy diferentes a lo que esperaban.
"Cuando matas a un hombre, si quieres que desaparezca de verdad, debes acabar con todos aquellos que lo rodean. Si no, su ausencia es tan poderosa como su presencia misma." Pág. 349.
Cuando la intensidad de la guerra civil al fin disminuye, algo más oscuro se acerca a El Sur desde el norte, más allá de las montañas muertas. El encuentro entre los Asuranna y los juramentados es inevitable.
Cuando terminé las Cenizas del juramento, hice una extrapolación mental de lo que vendría en el segundo libro, tenía una idea de lo que trataría, pero he quedado gratamente sorprendido, porque lo que me encontré era en parte lo que imaginaba y en parte algo completamente nuevo: El imperio Asuranna. El autor nos introduce en este exótico mundo, muy diferente a "El Sur" tanto geográfica como culturalmente. Si en el primer libro nos sorprendió con las extraordinarias habilidades de los juramentados y las características de la República de los cuatro vientos, ahora se suman estos dioses o "Asuranna" que poseen una cultura milenaria extraordinaria y un rigor militar a prueba de todo.
"Un verdadero asur no es meramente un soldado, un asesino extraordinario, sino un sabio, un poeta, y un aprendiz del arte de la guerra. Sus vidas están marcadas por la obediencia a un estricto código de honor, por la veneración a sus ancestros y sus tradiciones y por la defensa tenaz de aquello que aman." Pág. 411.
Son extraordinariamente fuertes, resistentes y veloces, más grandes que el ser humano promedio e intelectualmente superiores. A pesar de todas estas bondades, viven en una dualidad, entre la sabiduría y la bestialidad, son extremadamente bárbaros y brutales, para ellos no existe la piedad ni la empatía salvo con su entorno familiar más cercano. Tienen un absoluto control sobre el miedo y el dolor; ese es el secreto de su poder.
"Soy el más poderoso entre los dioses vivos porque conozco el precio del poder y estoy dispuesto a pagarlo... Sin gozo ni placer, sin miedo ni vacilación. El poder, la voluntad perfecta, la absoluta libertad de los dioses, radica en que nada te haga retroceder, en dejar que tus aliados y tus enemigos por igual sepan que es imposible dominarte." Pág. 105.
Lo que impulsa la trama de Ataru, es su conflicto interior y la manera en que lo enfrenta. Es un personaje muy bien estructurado. Tiene quince años y está lleno de dudas, siente miedo y a pesar de toda la influencia externa, no puede negar lo que le dicta su yo interior, dominado por profundas emociones. Este no es nada más que el inicio de Ataru, espero ver su evolución completa seguramente en el tercer libro.
Luego para unir las dos tramas el autor introduce el tema de las interminables guerras entre las casas, y las utiliza como motivo para llevar a los Asuranna hacia el Sur.
Por otro lado, la trama de la recuperación del trono de los cuatro vientos comienza a llegar a su fin, pero en el momento menos esperado toma un giro muy bueno que la conecta con la del imperio Asuranna; a través de la relación entre la bestia y Galkirion. Es en ese momento en el que, las dos tramas que iban paralelas, finalmente se entrelazan y se preparan para el violento choque entre dos culturas.
El libro no cae en vacíos ni momentos lentos, es una lectura sumamente dinámica. Las descripciones de las batallas están muy bien logradas, hay un equilibrio entre la acción y las emociones dentro del campo de batalla. Y cuando llegan los momentos de los diálogos, de los concilios de guerra, de los foros con los habitantes de las ciudades, son muy emotivos, llenos de pasión y de intensidad. En esta ocasión el autor evita alargar innecesariamente los desplazamientos de los personajes, hace transiciones rápidas entre escenas, y para evitar vacíos utiliza hábilmente el recurso epistolar. Con esto logró acortar los tiempos y evitó alargar el libro innecesariamente, ya que tiene mucho contenido.
Tanto Tarian como Tahmuz me siguen pareciendo personajes muy reales, con apenas quince años se comportan como tal frente a las responsabilidades que deben empezar a tomar, intentan dar lo mejor de sí, pero su juventud muchas veces los traiciona, se ven arrastrados por sus emociones y sentimientos, les cuesta controlarlas, pero a través del apoyo mutuo que se prestan, van evolucionando progresivamente. Ese lazo profundo que se ha formado entre ellos y sus demás amigos es lo que los impulsa a seguir adelante, a tomar las decisiones correctas, a luchar por la belleza del mundo, ellos ven la vida que hay en cada una de las personas, ya sean enemigos o amigos; ellos son el ejemplo de la bondad y la honestidad. El libro viene lleno de mensajes emotivos cargados de valores y de rechazo a la esclavitud y a la discriminación hacia otros pueblos.
Creo que la historia se potenció mucho con la incorporación del imperio Asuranna, la sacó de una posible monotonía, ahora ya no es fácil saber que pasará. Ya en el final, hay prueba de ello, que cualquier cosa puede suceder. Sin duda ahora todo es mucho más atractivo, ver como se enfrenta el juramento contra estos temibles dioses guerreros, no por capricho, sino por salvar toda una civilización será el plato fuerte de la tercera entrega.
Otro punto que mejoró bastante en relación a las Cenizas del juramento es la escasa participación del componente femenino, que fue ampliamente criticado en el primer libro y que el autor aceptó y corrigió en esta segunda entrega. Ahora podemos apreciar a mujeres en puestos importantes, siendo pilares fundamentales de muchas acciones y desiciones. Personajes que solo habían sido nombrados, ahora entran fuerte en escena, como la madre de Tarian, y por el rumbo que tomó la historia, los personajes femeninos serán vitales en el último libro.
No me queda nada más que invitarlos a que le den una oportunidad a la fantasía Chilena, no tiene nada que envidiarle a la europea o a la norteamericana, tiene un ritmo increíble y tiene la ventaja de estar escrita en nuestro idioma, libre de cualquier traducción o interpretación.
Muchas gracias a Penguin Random House Chile por el envío del ejemplar
Ricardo Carrión
Administrador del blog
Ricardo Carrión
Administrador del blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Puedes ser el primero en comentar!