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domingo, 9 de febrero de 2020

Reseña: Narciso y Goldmundo. Hermann Hesse

Reseña Nº 265: Narciso y Goldmundo


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El libro ideal para leer después de Demian


Hermann Hesse es mundialmente famoso por su novela Demian, y muchos lectores luego de terminar aquel libro sienten una especie de vacío y necesidad de otro libro que pueda cubrir dicha historia. Esto sucede porque Demian, es un libro que busca aclarar el confuso camino de la juventud y de la vida en general, es un libro de enseñanzas, de reflexión. Y es por eso que, justamente, en Narciso y Goldmundo pueden encontrar aquello, una fábula sobre la naturaleza de la vida y sus ciclos. Y no solo eso, esta novela está narrada de una forma muy parecida a lo que fue Siddhartha. En un lugar y tiempos muy lejanos, donde precisamente se puede reflexionar sobre la existencia humana y el eterno problema del absurdo de la vida. Si leíste Demian y quieres algo similar, Narciso y Goldmundo es la mejor opción.

Publicada en 1930, esta preciosa novela de Hesse nos transporta a la Edad Media, al medioevo europeo, específicamente en Alemania en las cercanías de Monasterio de Mariabronn. Debido a los acontecimientos ocurridos en la historia se puede situar la ambientación en el siglo XIV, entre los años 1346 y 1361.

Es en esta época medieval en donde el autor sitúa a sus personajes. Narciso es un monje del Monasterio de Mariabronn, un lugar donde se medita y enseña a muchos jóvenes de los alrededores. A pesar de ser muy joven y sin cumplir todavía sus votos ya es ayudante en clases de griego debido a su brillante intelecto. Es muy observador e incisivo, capaz de leer el alma de los hombres. Debido a sus dones en ocasiones es muy orgulloso y solitario. La carencia de amigos es solo una consecuencia de su absoluta brillantez. Mientras Narciso se dedica a dar clases, un nuevo alumno llega a Mariabronn. Goldmundo va al monasterio debido a los deseos de su padre de que se convierta en un asceta. Para Goldmundo, un chico listo, responsable y de carácter ejemplar, la idea de su padre es lo mejor y pretende llegar a vivir para siempre en el monasterio convirtiéndose en un erudito.
Desde un inicio el joven Goldmundo queda maravillado con el talento de Narciso, siendo las clases que él dicta sus favoritas. Es tanta su admiración, que decide establecer una amistad con este ser sorprendente. Grata es la sorpresa de Goldmundo cuando se da cuenta de que Narciso también se interesa en él y terminan forjando una inquebrantable amistad.

Mientras Narciso era sombrío y magro, Goldmundo aparecía radiante y lleno de vida.

Es gracias a ese lazo que Narciso puede indagar en el alma de su amigo y se da cuenta de que son completamente diferentes. Lo que Goldmundo pretende ser, es solo una fachada, su verdadero ser se halla oculto en el fondo de su corazón. Su verdadero "yo" ha sido reprimido por él mismo de forma inconsciente. Gracias a la habilidad de Narciso y a las eternas charlas que se llevan a cabo entre los dos amigos, logra despertar la verdadera esencia de Goldmundo, dándole la posibilidad de que se conozca a sí mismo. Desde ese momento, al ser consciente de sí mismo, inicia un camino de vida totalmente diferente al de Narciso. Un camino lleno de desafíos, alegrías, tristezas, amor y pasión. Siente la llamada de la libertad y se dirige al mundo que lo espera en donde descubre su verdadera vocación por el arte.

No son siempre los deseos los que determinan el destino y la misión de un hombre, sino otra cosa, algo predeterminado.


El mismo Hermann Hesse comentó que para escribir este libro tuvo que dividirse en dos, en Narciso y en Goldmundo. De esta forma, al separar su esencia en dos, intenta descifrar la compleja naturaleza humana y la forma en que se debe enfrentar el mundo. Son dos perspectivas, dos caminos distintos para vivir. Mientras Narciso lleno de esplendor intelectual, vive confinado en el monasterio, defendido por sus muros para que él pueda pensar y desarrollar ideas, Goldmundo vive en el exterior afrontando todos los peligros y consecuencias. Vive en libertad absoluta, vagabundeando por el mundo. Mientras uno posee el don del intelecto, el otro posee el don de la sensibilidad. Uno piensa y el otro siente. De esta forma, Hesse intenta representar la vida de un hombre ligada al arte como Goldmundo y la de otro ligada a la ciencia como Narciso.

Estoy empezando a comprender lo que es el arte. Antes me parecía que, en comparación con el pensar y la ciencia, no había que tomarlo enteramente en serio. Mi punto de vista era, poco más o menos, el siguiente: puesto que el hombre es una mezcla incierta de materia y espíritu, puesto que el espíritu abre el conocimiento de lo eterno mientras que la materia tira de él hacia abajo y lo encadena a lo perecedero, debe esforzarse por huir de los sentidos hacia lo espiritual a fin de elevar su vida y darle sentido. 

Esta concepción de dualidad entre materia y espíritu es la temática central de la novela. Si bien, el grueso de la historia nos cuenta el peregrinaje de Goldmundo, en donde se cuenta su vida entera, se compara constantemente con la de Narciso encerrado en el monasterio. Y se llega a la conclusión de que ninguna de las dos formas de vivir es incorrecta, ninguna es mejor que la otra, y que, incluso, la vida en libertad, la vida del artista, del hombre que siente, es mucho más meritoria que la del intelectual.

Ahora veo con claridad, por vez primera, que hay muchos caminos para el conocimiento y que el espíritu no es el único y acaso no sea el mejor. Es mi camino, ciertamente, y en él me mantendré. Pero veo que tú, por el camino opuesto, por el de los sentidos, llegas a captar con igual hondura que los más de los pensadores el misterio del ser y a expresarlo de un modo más vivo.

Aún así, el camino de los sentidos y el camino del intelectual no son capaces de entender este mundo en toda su complejidad. Ninguno de los dos es capaz de descifrar el misterio de la vida por sí solos. Y es quizá allí donde Hesse intenta dar una posible solución, basada en que el ser humano no es ni cien por ciento intelectual ni cien por ciento artista, es las dos cosas, lo que le otorga cierta imperfección, la necesaria para abordar un mundo imperfecto. Tanto Narciso como Goldmundo logran enfrentar mejor el mundo cuando se unen, cuando están juntos, ciencia y arte, pensamiento y espíritu. Pero para despertar ese espíritu artístico que todo hombre tiende y que Hesse lo identifica con lo femenino, hay que ser conscientes de nuestra herencia materna.

Sin Madre no es posible amar. Sin Madre no es posible morir.

Es una novela preciosa, llena de metáforas y enseñanzas sobre la vida. Más que una novela parece una parábola, un texto de otro tiempo, lejano y fantástico, muy parecido al relato de Siddhartha. En donde Hesse intenta ejemplificar mediante hechos simples, ideas muy complejas y lo logra con creces. Es de esos libros que se te quedan en el alma sus enseñanzas. Ideal para cualquier persona que enfrente una crisis frente al mundo actual y sobre todo para los jóvenes que empiezan a vislumbrar su camino en este imperfecto mundo de luz y oscuridad.

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Ricardo Carrión
Administrador del blog

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