Yo, robot (1950)
Análisis y opinión
Isaac Asimov
Penguin Random House
Sudamericana
254 páginas
Ciencia ficción
Yo, robot es una recopilación de nueve relatos cortos en donde Asimov sienta las bases de su universo literario. Cada una de las historias es registrada por un periodista para un artículo de la prensa intergaláctica a través de una entrevista a la Doctora Susan Calvin, una robotpsicóloga que a la edad de setenta y cinco años cesa sus labores en una empresa pionera en la fabricación de robots, la United States Robots & Mechanical Men Inc.
La Doctora Calvin es un personaje legendario, nombrado constantemente en los libros que componen la serie de los Robots. Su experiencia a la hora de interpretar su conducta frente a las tres leyes de la robótica la hacen un personaje fundamental en el universo creado por Asimov.
A finales del siglo XX Lawrence Robertson funda la United States Robots & Mechanical Men Inc, empresa que logra a partir del siglo XXI construir los primeros robots con el novedoso cerebro positrónico.
"... era el mecanismo más complicado jamás creado por el hombre. En el interior de la tenue piel cubierta de platino del globo, había un cerebro positrónico, en cuya inestable y delicada estructura habían insertado senderos neutrónicos calculados, que dotaban a cada robot de lo que equivalía a una educación prenatal". Pág. 77.
Este delicado cerebro artificial viene programado con tres leyes fundamentales de la robótica, las cuales aseguran que el robot no ataque a los seres humanos, neutralizando el temido complejo de Frankenstein.
Así a través de la entrevista la Doctora Calvin nos da un paseo por la evolución de los robots, pero desde un punto de vista diferente; mirándolo todo a través de la respuesta de ellos a las tres leyes de la robótica.
En un campo donde todo es nuevo, siempre hay errores de los que aprender, detalles que ajustar. Y es justamente los que le pasó a la U. S. Robots. Muchos de sus robots no tuvieron el comportamiento esperado y manifestaban extrañas respuestas a las tres leyes. La Doctora Calvin como la primera robotpsicóloga debió solucionar personalmente muchos de estos casos, mientras que de otros sólo fue informada.
"Uno se encuentra frente a frente con un inescrutable cerebro positrónico que, según los genios de la ciencia, tiene que obrar de un modo u otro. Pero no siempre es así...". Pág. 62.
Los primeros robots móviles que aparecieron eran no parlantes y entraron a un mundo donde las personas no estaban acostumbradas a ellos. Estas impresiones quedan registradas en la primera historia, donde Robbie, un adorable robot niñera no parlante, es víctima del miedo y la inseguridad que sienten sus cercanos, de que no sea capaz de respetar la primera ley.
Las siguientes historias se desarrollan cuando el uso de robots ya ha sido prohibido en la tierra, incluso su construcción ha sido limitada; sólo se pueden crear sus piezas y no así ensamblarlos. Para evitar la quiebra, la industria robótica debió pensar en la minería espacial y se diferenció creando robots capaces de trabajar y ser ensamblados en asteroides, estaciones espaciales e incluso en planetas tan inhóspitos como Mercurio. Para entonces ya existían los robots móviles parlantes, con los cuales se podía razonar. La Doctora Calvin refiere varios casos en los cuales no participó directamente pero sí fue informada por sus protagonistas: Mike Donovan y Gregory Powell, encargados de someter a prueba nuevos robots en condiciones normales de trabajo en terreno.
Son diversos los problemas con los que Donovan y Powell deben lidiar, incluso ponen en peligro su propia vida, ya que el funcionamiento correcto de cada robot es vital para su supervivencia en el espacio. Para solucionarlos deben entender la forma en que el robot interpreta las tres leyes y a partir de eso modificar su comportamiento fortaleciendo una de la tres a través de diferentes ordenes. Los casos son bien singulares, como el de Dave, un robot que realiza una extraña marcha durante sus turnos de trabajo, o Cutie, el robot que es declarado profeta por sus pares y asegura que los seres humanos no lo crearon y rinde culto al transformador de energía.
Los casos más extraños de robots con comportamientos ilógicos, fueron atendidos personalmente por Susan Calvin. En ellos se destaca la importancia del tipo de orden que se le da al robot, la intensidad de la voz e incluso el tipo de palabra que se ocupa; todos estos factores son considerados por el robot para interpretar y ejecutar la orden bajo las tres leyes que gobiernan su cerebro positrónico.
Susan deberá enfrentarse a un posible robot humanoide que ha pasado desapercibido entre los humanos y que tiene un cargo público; también a Néstor, un escurridizho robot al que le fue modificada la primera ley, por lo cual se hace imperioso encontrarlo; y además a Herbie, un robot que puede leer el pensamiento y adora las novelas sentimentales. La historia de Herbie es una de las más singulares del libro y es incluso recordada en los otros libros que componen la serie de los robots.
No sólo hay robots móviles, también hay grandes maquinas pensantes a las que denominan "Cerebro". Sobre ellas tratan las últimas historias del libro, poniendo a prueba su capacidad para construir naves intergalácticas o para dirigir el mundo.
Cada relato se resuelve por sí solo, y podemos ir encontrando en ellos a los mismo protagonistas; nos familiarizamos con ellos. La prosa de Asimov es muy ligera, ya que utiliza constantemente el diálogo. El narrador no se dedica a explicarte el problema ni hace grandes descripciones, todo se explica y se visualiza a través de los diálogos de los personajes. Es una lectura muy entretenida y cada relato trae un mensaje, que devela algún aspecto de la naturaleza humana.
Yo, robot es un libro que recomiendo a todo aquel que desee iniciar con Asimov. Es el primer libro de la serie de los robots. Introduce al lector en el futuro creado por el autor. Un futuro de robots y viajes integalácticos, donde se podrá observar la adaptación del ser humano a este nuevo universo.
Son diversos los problemas con los que Donovan y Powell deben lidiar, incluso ponen en peligro su propia vida, ya que el funcionamiento correcto de cada robot es vital para su supervivencia en el espacio. Para solucionarlos deben entender la forma en que el robot interpreta las tres leyes y a partir de eso modificar su comportamiento fortaleciendo una de la tres a través de diferentes ordenes. Los casos son bien singulares, como el de Dave, un robot que realiza una extraña marcha durante sus turnos de trabajo, o Cutie, el robot que es declarado profeta por sus pares y asegura que los seres humanos no lo crearon y rinde culto al transformador de energía.
"No acepto nada por autoridad. Para que no carezca de valor, una hipótesis debe ser corroborada por la razón, y es contrario a todos los dictados de la lógica suponer que vosotros me habéis creado". Pág. 86.
Los casos más extraños de robots con comportamientos ilógicos, fueron atendidos personalmente por Susan Calvin. En ellos se destaca la importancia del tipo de orden que se le da al robot, la intensidad de la voz e incluso el tipo de palabra que se ocupa; todos estos factores son considerados por el robot para interpretar y ejecutar la orden bajo las tres leyes que gobiernan su cerebro positrónico.
Susan deberá enfrentarse a un posible robot humanoide que ha pasado desapercibido entre los humanos y que tiene un cargo público; también a Néstor, un escurridizho robot al que le fue modificada la primera ley, por lo cual se hace imperioso encontrarlo; y además a Herbie, un robot que puede leer el pensamiento y adora las novelas sentimentales. La historia de Herbie es una de las más singulares del libro y es incluso recordada en los otros libros que componen la serie de los robots.
"Hemos producido un cerebro positrónico de un tipo supuestamente ordinario, que tiene la extraordinaria propiedad de sincronizarse con las ondas del pensamiento ajeno". Pág. 112.
No sólo hay robots móviles, también hay grandes maquinas pensantes a las que denominan "Cerebro". Sobre ellas tratan las últimas historias del libro, poniendo a prueba su capacidad para construir naves intergalácticas o para dirigir el mundo.
Cada relato se resuelve por sí solo, y podemos ir encontrando en ellos a los mismo protagonistas; nos familiarizamos con ellos. La prosa de Asimov es muy ligera, ya que utiliza constantemente el diálogo. El narrador no se dedica a explicarte el problema ni hace grandes descripciones, todo se explica y se visualiza a través de los diálogos de los personajes. Es una lectura muy entretenida y cada relato trae un mensaje, que devela algún aspecto de la naturaleza humana.
Yo, robot es un libro que recomiendo a todo aquel que desee iniciar con Asimov. Es el primer libro de la serie de los robots. Introduce al lector en el futuro creado por el autor. Un futuro de robots y viajes integalácticos, donde se podrá observar la adaptación del ser humano a este nuevo universo.
Muchas gracias a Penguin Random House Chile por el envío del ejemplar
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