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jueves, 23 de febrero de 2023

Reseña: La conquista de la felicidad (Bertrand Russell)

 La conquista de la felicidad. Bertrand Russell


bertrand-russell libro

¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les traigo la reseña de La conquista de la felicidad. Ensayo publicado en 1930 por el escritor, filósofo y matemático británico Bertrand Russell. Quien también ganó el premio Nobel de Literatura en 1950.

 

Este autor escribió sobre una gran variedad de temas, entre ellos, la felicidad. Pero usando la lógica como base. Su pensamiento siempre abrazó la razón. Por lo mismo, en este texto encontraremos ideas muy bien estructuradas, muy bien hiladas y expresadas de forma calculada. Porque la felicidad toca y se relaciona con muchas otras temáticas que el autor logra mantener a raya para no caer en digresiones. Logra centrarse muy bien y evita caer en distracciones.

 

Esto es importante porque generalmente pensamos en la felicidad como algo muy abstracto y personal. Incluso subjetivo. Pero Russell, basándose en su propia experiencia y en observaciones del entorno logra aterrizar este tema y hacerlo concreto. Y lo analiza de tal modo que se aleja de la erudición, de lo intrincado. Entregando un texto accesible a todo el mundo, libre de complejidades, apelando siempre al sentido común.

 

Si bien, me pareció una lectura interesante con muchas ideas que aún se mantienen vigentes, también hay otras que ya están totalmente desactualizadas, no aplicables a nuestro tiempo. Hay que pensar que ya han pasado más de 90 años desde la publicación de este libro. Por lo que como lectores debemos leer con cierto criterio. Seleccionando lo que sí podemos aplicar a nuestra realidad.

 

Para hablar de felicidad, el autor pone una base:

 

Al discutir este problema, limitaré mi atención a personas que no están sometidas a ninguna causa externa de sufrimiento extremo. Daré por supuesto que se cuenta con ingresos suficientes para asegurarse alojamiento y comida, y de salud suficiente para hacer posibles las actividades corporales normales.

 

Claro, porque si no tienes lo básico para vivir tu enfoque cambia, y no estás pensando si eres o no feliz, sino en sobrevivir Esta aclaración es importante, porque lo que intenta discutir Rusell en este ensayo, es por qué personas que tienen lo necesario para vivir, alojamiento, comida y salud, son infelices en nuestra actual civilización. ¿Qué les falta? ¿Se puede conseguir eso que necesitan?

 

De esta forma, divide el ensayo en dos partes. En la primera discute las posibles causas de la infelicidad que se genera en estas personas que tienen lo necesario para vivir pero que no son felices y en la segunda parte las causas que les puede generar esa felicidad que buscan. Así el lector puede determinar en cuales de estas se reconoce. Puede encontrar lo que puede estar causándole infelicidad y quizá lo que puede hacerle feliz y que posiblemente lo tiene al alcance de la mano, pero no lo ha visto y le ha pasado desapercibido hasta el momento. A partir de todo esto, el lector podría encontrar un camino hacia la felicidad.

 

Ustedes saben que yo soy un lector muy afín a la literatura existencialista. Que me gusta la introspección, el quedarme dentro de mí. Y justamente quise salir de mi zona de confort con este libro. Porque las ideas del autor británico invitan a todo lo contrario. Para él, la felicidad no es algo que tengamos por el mero hecho de existir, ya que vivimos en un mundo donde los factores que causan infelicidad son demasiados. Por lo que, no debemos esperar que la felicidad llegue, sino salir a buscarla, debemos conquistarla. Y eso supone un esfuerzo.

 

Por eso he titulado este libro La conquista de la felicidad. Porque en un mundo tan lleno de desgracias evitables e inevitables, de enfermedades y trastornos psicológicos, de lucha, pobreza y mala voluntad, el hombre o la mujer que quiera ser feliz tiene que encontrar maneras de hacer frente a las múltiples causas de infelicidad que asedian a todo individuo.

 

La felicidad tiene que ser una conquista, y no un regalo de los dioses; y en esta conquista, el esfuerzo desempeña un papel muy importante.

 

De hecho, ya en este libro, te invita a ser un lector activo, que busque su propio camino hacia la felicidad utilizando como orientación estos conceptos generales que describe. Hay que hacer el esfuerzo.

Generalmente cuando sufrimos una derrota, un fracaso, nos deprimimos y nos quedamos dentro de nosotros mismos, algo que a mí me gusta mucho. Y nos quedamos ahí, revolviéndonos en nuestra lástima. Sintiéndonos desgraciados. Al autor le parece normal, claro, es una etapa por la que debemos pasar, pero solo debe ser una etapa, no debemos quedarnos en ella. Tenemos que hacer un esfuerzo y salir de ella. Buscar nuevamente el camino hacia la felicidad. Y en el libro te da muchos consejos para ello.

 

No quiero entrar en detalles en cada uno de los consejos que toca el autor, porque la idea es que ustedes los lean, pero sí puedo comentarles que casi siempre la infelicidad se produce por ver el mundo a partir de una filosofía de vida preestablecida. Aceptamos aquello que todos creen. Como por ejemplo que la vida es una competencia u otras creencias que se nos instauran desde pequeños.

 

Cuando la gente habla de lucha por la vida, en realidad quieren decir lucha por el éxito. Lo que la gente teme cuando se enzarza en la lucha no es no poder conseguirse un desayuno a la mañana siguiente, sino no lograr eclipsar a sus vecinos.

 

Por lo que el ser humano civilizado que tiene un trabajo que le permite tener una vida equilibrada, a pesar de ello se siente infeliz. Se siente atrapado. Pero el autor cree que solo está atrapado en una ilusión que solo la razón puede disipar. Si razonas estas creencias preestablecidas y no las aceptas sin más, puedes cambiar tu camino y alcanzar la felicidad. Pero no basta con solo razonar, sino también cambiar de perspectiva. Vivimos en una constante perspectiva interna. En una mirada hacia nosotros mismos. Donde solo nosotros importamos, donde el ego todo lo domina. La necesidad de sentirnos importantes es devastadora.

 

El autor incluso llega a decir que algunos personajes se creen intelectualmente superiores por sentirse desgraciados. Como si ser una persona triste fuese una moda. A eso lo llamó la infelicidad Byroniana. El sentirte superior por creer que todo está perdido. Y siento que tiene razón, hay personas así. Pero deben ser pocos, la mayoría es más como nosotros, como yo y los muchos que siguen este blog. Que no somos existencialistas por moda y que nos gustaría mucho dejar de serlo y ser felices.

 

Pero para ello, debemos dejar de pensar en nosotros mismos, de preocuparnos solo del yo interior, de nuestro propio sufrimiento. Y empezar a mirar más al exterior. Ampliar nuestros intereses.

Mirar con ojos más amistosos a los demás. Con un interés sincero. Y dedicarnos a construir algo para los demás y si es posible con los demás. Eso realmente te hará feliz, el hacer algo por los otros. El pensar en hacer cosas solo para tu propio interés y beneficio solo te traerá infelicidad.

 

El secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible amistosas y no hostiles.

 

De alguna forma, estas ideas del autor británico se parecen mucho a las de Albert Camus, quien dice que debemos aceptar el absurdo de la vida, no evadirlo, enfrentarlo, y darle un sentido a nuestras vidas a pesar de saber que es absurda. Camus, al igual que Russell, pide un esfuerzo, un esfuerzo de salir de la oscuridad interior e ir hacia una luz exterior donde debes buscarle un sentido a tu vida. En la conquista de la felicidad Russell dice:

 

Un hombre puede sentirse tan completamente frustrado que no busca ningún tipo de satisfacción, solo distracción y olvido. Se convierte entonces en un devoto del placer. Es decir, pretende hacer soportable la vida volviéndose menos vivo.

 

Volviéndose menos vivo, es decir, evadiendo. Y no podrá salir de ese estado si no deja de pensar en su propia desdicha, sino sale de su interior y mira más allá.

 

 

¿Qué puede hacer un hombre que es desdichado porque está encerrado en sí mismo? Mientras siga pensando en las causas de su desdicha, seguirá estando centrado en sí mismo y no podrá salir del círculo vicioso; si quiere salir, tendrá que hacerlo mediante intereses auténticos, no mediante intereses simulados que se adoptan solo como medicina.

 

A pesar de que por su temática y su extensión (208 páginas), parece que este libro se puede leer rápido, me pasó todo lo contrario, me tomó su tiempo, como todo ensayo. Y creo que merece la pena leerlo con toda la calma posible. Espero les haya gustado la reseña. ¡Saludos a todos!

 

Esta misma reseña la puedes encontrar en mi canal


 Ricardo Carrión

Administrador del blog


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