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martes, 17 de enero de 2023

Reseña: Kitchen (Banana Yoshimoto)

 Reseña: Kitchen (Banana Yoshimoto)

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¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les traigo la reseña de Kitchen, de la escritora japonesa Banana Yoshimoto.

 

Kitchen es un libro que me gustó mucho, pero siento que no es para todo el mundo. Hay lectores que les gusta más lo concreto, es decir, que lo que se expresa se diga en palabras. Si eres de esos lectores esta historia probablemente no te va a gustar. Porque es minimalista, dice mucho con poco. Comunica con expresiones, con silencios, con vacíos que se dejan a la interpretación. No busca la verborrea, sino la austeridad. Es de esas historias en que disfrutas más el camino que la meta. Da gusto leerla sin necesidad de que te impacté con el final. Haruki Murakami y Hiromi Kawakami son escritores que se parecen un poco a Yoshimoto, comparten el estilo melancólico, existencial, solitario de sus personajes. También sus historias buscan decir más con poco, pero Yoshimoto es más extremista. Es mucho más acotada para narrar. Y es, creo yo, porque no es una autora de novelas. Lo que corre por las venas de Yoshimoto es el cuento, su brevedad, sus límites. Eso la diferencia mucho de un Murakami o una Kawakami, porque no se deja llevar por el espacio infinito que te permite la novela, sino que se ajusta a la temporalidad del cuento. No solo sus historias son minimalistas por naturaleza, sino que son más acotadas aún por acogerse al formato cuento. Por lo mismo, no creo que sea una autora para todos. Sino, más bien, para lectores que aprecian lo irrealizable, lo que no se concreta y te permite más de una interpretación. Cuando concretas, todo acaba. Yoshimoto es un constante no materializar, porque los que amamos este tipo de libros no queremos que acabe, queremos más y más de la incertidumbre de los sentimientos y los afectos, perdernos en ellos, porque es el momento lo que nos importa, no lo que vendrá. Queremos llenar los espacios vacíos de la vida de los personajes con suposiciones, terminar de trazar esos protagonistas que han sido meramente boceteados por la autora, sus trazos son escuetos para que el lector termine de recrearlos en su interior.

 

El libro en sí, trae dos historias: Kitchen que se divide en dos partes (Kitchen y Luna llena) y Moonlight Shadow un cuento independiente pero que comparte temática con Kitchen y por eso se complementa muy bien.

 

Mientras Kitchen es narrado por Mikage. Moonlight Shadow es narrado por Satsuki. Las dos son chicas jóvenes, muy jóvenes pero no adolescentes, que comparten algo en común. A su muy temprana edad han debido enfrentar la pérdida de personas importantes para ellas.

Esa es la temática principal del libro. La pérdida. Y a partir de ella Yoshimoto estructura los relatos. Que es básicamente una especie de historia de aprendizaje sobre la pérdida y la superación. Por lo mismo, los relatos son en sí, una línea de progreso. En el inicio, en la primera página se nos comunica que nuestras protagonistas han perdido a un ser querido. Luego viene la etapa de aceptación, el choque constante con la realidad, la desorientación, la soledad, el dolor, el cambio de rutinas para intentar llenar el vacío de la pérdida. Y finalmente la superación.

 

Por lo tanto, el grueso de la historia trata de como los personajes vuelven a acomodar su mundo luego de que alguien muy importante para ellos se ha ido. Es un reseteo total porque les pasa lo que afirmaba Albert Camus, cuando la muerte se pone frente a ti, inevitablemente se hace presente el absurdo de la existencia, y, además, como decía Sartre, aparece una libertad inesperada, una libertad a la que se le teme. Vacía y fría. Eres libre, elige tu camino. Pero no estoy acostumbrado a elegirlo. ¿Qué hago? En Kitchen la protagonista lo siente así:

 

No había nadie en el mundo de mi misma sangre, y, así, me era posible ir a cualquier lugar y hacer cualquier cosa. Era magnífico. Hace poco palpé por primera vez, con mis manos y con mis ojos, un mundo amplio, una oscuridad profunda y un goce y una soledad sin fin. Me parece que, hasta ahora, he estado mirando el mundo con un ojo cerrado.

 

Pero este no es un proceso lineal, hay días buenos y días malos, es irregular, además, la autora pone a los personajes en una situación tal que lo tradicional, lo acostumbrado, no es capaz de ayudarlos en su proceso. En cambio, es lo no tradicional lo que viene en su ayuda. Ya en el inicio notamos que la autora quería romper con lo convencional con esta historia que busca expandir posibilidades. Ampliar los escenarios de lo posible. Invertir las situaciones pre-determinadas. En el caso de Kitchen, Mikage pierde a su abuela, que era la única persona en el mundo que le quedaba. Es decir, el personaje, queda completamente solo en el mundo, no existe nadie con quien comparta lazos sanguíneos. Es la soledad absoluta. Para llenar ese vacío, Mikage se refugia en la cocina. Es ese lugar el que le da cobijo y sostén para soportar los primeros embates del cambio. Uno podría pensar que ella se refugiaría en su dormitorio, en su sala junto a la televisión. Pero no, a ella le gusta la cocina y el ruido del refrigerador. Yoshimoto rompe patrones. De alguna forma la cocina representa el movimiento frente al estatismo. La cocina, lugar donde los alimentos se preparan, es el lugar que para ella significa movimiento. El mundo se ha congelado para ella y en la cocina quedan los remanentes de la vida. Porque solo se cocina para los vivos, para las personas que habitan un hogar. La cocina es el corazón de su mundo y el corazón de un hogar. Los utensilios usados, el suelo con restos de comida, el ruido del refrigerador, todo aquello desprende el calor y la vida que ella necesita. En una casa vacía la vida se extingue poco a poco y la cocina es el último lugar que la pierde.

 

El encontrarse con esta libertad tan reveladora y la vez tan fría y desoladora, marca para ella y para la historia el cambio de lo tradicional a lo nuevo, a lo experimental y distinto. La muerte de la abuela de Mikage, simboliza la muerte de un Japón tradicional. A partir de allí, las acciones y pensamientos de la protagonista, se empiezan a alejar de lo que se considera tradicional. La desaparición total de su familia, abre la posibilidad de una nueva familia, una no convencional, donde puedes amar a una hija sin que haya un lazo de sangre de por medio, donde un padre puede ser al mismo tiempo una madre, sin importar el género, el amor entre seres humanos no depende del género. Los roles se invierten. La universidad ya no es el único camino de vida para una persona joven, existen otras oportunidades más diversas que la de un trabajo sacrificado en una oscura oficina. El amor tampoco es tradicional, ya no puede definirse como amor de pareja, amor de familia o amor de amistad. Es un amor que lo engloba todo, libre de definiciones. De alguna forma, la muerte y la pérdida, también son un punto de inflexión, un punto de cambio, para dejar ir lo que fue y dar cara a lo nuevo.

 

Todas estas nuevas situaciones se presentan en la vida de Mikage para ayudarla en su proceso de aceptación y cambio. Para contrarrestar el vacío y el absurdo de existir. Es el vacío la que parece hundirla, el frío de la nada. Y la autora lo materializa en la novela por medio de la oscuridad. La cual parece perturbar a Mikage.

 

Alguna vez, sin falta, todos iremos dispersándonos en la oscuridad del tiempo y desapareceremos.

 

Y como contraparte es la luz, la luminosidad, la claridad la que contrarresta el vacío. Es la luz la que llena las habitaciones del relato y parece sostener a Mikage, protegiéndola y animándola. Los mejores momentos, los que la ayudan y empujan a seguir adelante están llenos de claridad. Una claridad que inunda los espacios hasta invadir su corazón.

 

La habitación estaba tan llena de luz como un solarium. El cielo azul pastel, inmenso, resplandecía y lo llenaba todo.

 

 

Pero además de la claridad hay otros elementos que van llenando el vacío de la vida de Mikage, la naturaleza, las plantas, el vapor, la cocina y las personas.

 

Solo deseaba que le sirviera de algo el recuerdo brillante de haber estado juntos, sentados uno frente a otro, en un sitio tan claro como aquél, tomando un té bueno y caliente.

 

Pero además del vacío, Mikage debe también sobreponerse al absurdo. Como en el mito de Sísifo condenado a empujar una roca por una montaña para que esta vuelva a rodar hacia abajo y la tenga que volver a subir en un ciclo interminable. En un eterno repetir. Eso siente Mikage al iniciar cada día, la reiteración de un proceso absurdo llamado vida.

 

Tenía que ponerme en acción de nuevo en un día real. Repetir y repetir.

 

Lo bueno que hace Yoshimoto es que la pérdida no recae solo en Mikage, también en otros personajes. Mostrando así procesos distintos de superación, siempre desde la mirada de Mikage. Por lo tanto, todo el peso de la historia no lo sostiene solamente ella. La historia está muy bien equilibrada, y por ello, las complejidades de la pérdida que se mezclan con las alegrías de los cambios y las nuevas experiencias, enriquecen a los personajes con una complejidad interior tal que, les cuesta manifestarla, es tan íntima, tan pesada, que parece que van a explotar pero les es imposible dejarla escapar en forma de palabras. Es por eso que los gestos, los comportamientos, los silencios, comunican tanto, porque no todo puede expresarse en palabras.

 

…tuvimos siempre la sonrisa en los labios, pero nuestro interior había ido haciéndose más y más complejo. Las alegrías y tristezas habían sido demasiado grandes y no habíamos podido sostenerlas en nuestra vida cotidiana.

 

 

En el otro relato, Moonlight Shadow, Yoshimoto tampoco deja que Satsuki, protagonista y narradora, cargue con todo el peso de la pérdida, hay otras personas que también han perdido y que la acompañan en su camino de superación. Ella va evolucionando a partir de como ve reflejado su dolor en otros y los consejos que recibe.

 

Ahora estás en el peor momento. Puede que sea más duro que la muerte. Pero tal vez no haya otro peor. Porque los límites de una persona no cambian.

 

Pero más que consejos, que acompañamiento, lo que impulsa a Satsuki a dejar ir el recuerdo, o dejar ir el dolor del recuerdo, es una leyenda. Una leyenda China que en Japón se festeja en el mes de Julio. Eso da paso a que Moonlight Shadow caiga en el terreno de lo onírico, que la realidad se desdibuje un poco, para que la dureza del mundo de Satsuki se resquebraje y le de un respiro. Moonlight Shadow lo sentí un relato mucho más redondo y más acabado por efecto de su brevedad y la buena utilización de lo onírico.
 
Esta misma reseña la pueden encontrar en formato de vídeo en mi canal de youtube
 

 Ricardo Carrión
Administrador del blog

3 comentarios:

  1. Hola me ha encantado lo que cuentas, hace como cuatro o cinco años que me leí el mito de sisifo, que fue una lectura bastante chocantes y las historias que habrán sobre la perdidas, siempre me remonta a la muerte de mi hermano como es el libro de Virginia Wood "Al faro" en la segunda parte donde traza el paso de tiempo y las perdidas. Sin duda me lo llevo apuntado. Saludos

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    1. Me alegra que te interese leerlo. Esta escritora japonesa es muy buena. Saludos!

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  2. Hola!
    No he leído a la autora y tampoco a los autores que mencionas. El nombre del libro me sonaba, pero no sabía de que iba y me pareció muy interesante, pero me da miedo que no me guste, jajaja.
    Un beso!

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