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viernes, 14 de octubre de 2022

Reseña: La Carretera.Cormac McCarthy (Libro)

 Reseña libro: La carretera de Cormac McCarthy

libro

¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les traigo La reseña de La carretera del escritor estadounidense Cormac McCarthy. Novela que fue galardonada con el premio Pulitzer el año 2007. Se trata de una historia de ciencia ficción post-apocalíptica donde no hay muchas acciones, es un relato calmado con una prosa muy especial, por lo mismo no es del gusto de todos. Cuesta en un inicio conectar con la historia.

 

En el mundo creado por McCarthy ocurre un cataclismo desconocido que arrasa con la vida sobre la tierra y por ende con la sociedad humana. A pesar de este evento catastrófico de gran magnitud, quedan sobrevivientes que terminan vagando por un mundo devastado: sin naturaleza, sin animales, sin sociedad y sin comida. Un mundo cubierto de cenizas con un sol y cielos opacos. En este escenario donde las personas, las ciudades y los bosques están calcinados, un padre y su pequeño hijo caminan por la carretera. Viajan por ella empujando un carrito de supermercado donde llevan todas sus pertenencias, o más bien, lo poco que han logrado encontrar que les permita sobrevivir. Van con dirección al sur. En busca de un clima más cálido, lejos del crudo invierno que los persigue.

 

Se trata de un mundo peligroso, no solo por las inclemencias climáticas, sino también por los escasos puñados de humanidad esparcidos por todas partes. Nuevamente es el hombre el principal enemigo del hombre, porque la sociedad se ha derrumbado, ya no hay reglas y todo está permitido para sobrevivir. Por lo mismo, quedarse en un solo lugar es peligroso para este padre y este hijo. Estar en movimiento es más seguro. Es una historia triste, dura, melancólica y que por momentos espanta.

 

El cataclismo ocurrió años atrás y debido a ello sucedió el desbaratamiento de la sociedad, el quiebre definitivo del mundo del ser humano y comenzando la degradación del mismo, perdiendo los valores y la moral. Quedando solo el instinto animal y de supervivencia. Conocemos este mundo gracias a los personajes, a lo que viven, a lo que ven y a lo que han vivido. En ocasiones la narración se intercala con algunas miradas al pasado. Como lectores vamos construyendo esta historia de forma fragmentaria. Con una narración directa que va intercalando recuerdos a modo de flashbacks.

Esta historia les puede gustar como no gustar. Cuando pensamos en novelas de ciencia ficción post-apocalipticas esperamos mucha acción, mucha aventura. Todos los elementos que tiene este libro se prestan para eso. Pero aquí el tema está tratado de una manera diferente. Eso me gustó mucho, porque no es lo mismo de siempre. Esta novela es como una pintura, como un fresco de la condición humana en situaciones extremas. La novela literariamente está ejecutada de una forma que me agradó bastante.

 

Se trata de un mundo devastado y calcinado. Y la prosa del autor está en esa misma sintonía. También ha sido devastada. Es una prosa minimalista a la que se le han quitado todos los elementos que le pueden dar vida. Que la hacen bella. Me recuerda mucho a Esperando a Godot de Samuel Beckett.

 

En el mundo que nos plantea el autor los árboles están quemados y así como los árboles no tiene hojas la prosa carece de conectores gramaticales que relacionen oraciones. De esta forma le quita fluidez de forma intencionada a la narración. Es una narración áspera, tosca. Como el propio mundo post-apocalíptico. Mundo en el que tampoco hay animales, lo que acentúa la ausencia de vida. Y por lo mismo en los diálogos tampoco hay verbos dicendi, o verbos de comunicación. De esta forma limita las expresiones y acciones comunicativas de los personajes. Limita las emociones, quitándole aún más a la narración cualquier rastro de vida.

 

Al quitarle casi todo indicio de vida al mundo, lo vuelve estático, inhóspito y frío. Repetitivo. Un mundo que no cambia, que incluso se derrumba. Y como reflejo, la prosa también es repetitiva y estática. Para ello utiliza muchos párrafos descriptivos, se narra lo que los personajes ven, lo cual no cambia mucho y se cae en la monotonía. Porque el mundo lo es. El mundo es monótono. Y luego de un párrafo descriptivo le sigue uno narrativo, áspero y tosco, libre de emociones, de vida, pero además es directo y mecánico. Es una narración medida para acentuar frialdad. Es directa porque evita narrar otra cosa que no sea la acción inmediata. Se centra en ella. Y es medida porque relata cada movimiento de forma acompasada. Hay un ritmo parejo, una articulación narrativa. Se narra una acción detrás de otra con espacios de tiempo similares. Eso crea un ambiente sofocante, desesperante, que como lector te mantiene atento, porque en cualquier momento les puede pasar algo drástico a los personajes.

 

Pero también puede provocar un gran rechazo en algunos lectores, porque no ven atractivo en la monotonía, en la frialdad de la narración. Los desilusiona porque esperaban algo más grandilocuente cuando la obra apunta a todo lo contrario, al minimalismo. Pero si se analiza esto con calma, la forma en que el autor hace una poda del lenguaje narrativo para mimetizar la narración con el mundo post-apocaliptico es sencillamente maravilloso.

 

Debido a lo anterior se entiende porque los personajes no tienen nombres. Porque el autor los despersonaliza. Se refiere a ellos como el hombre o el niño. Personajes que no tienen nada, ni siquiera nombres, son huérfanos. Hijos de un mundo que ya no existe. Su nuevo hogar es la carretera, un lugar común. Un bien común, que fue hecho para vehículos pero que ahora se usa para vivir. Es un hogar que no es un hogar, porque no es de nadie. Porque no está diseñado para ello. Pero al fin y al cabo lo es. Si te quedas en un solo lugar demasiado tiempo te pones en peligro, por eso estar en movimiento es fundamental. Y la carretera es ese hogar que te permite estar en movimiento. Si te vuelves estático, como el paisaje, como ese mundo post-apocaliptico, terminarás siendo parte de ese paisaje.

 

 

Como toda distopía la carretera toma elementos de la realidad conocida y los extrapola hacia un futuro posible. Por eso cuando el autor nos presenta este mundo devastado, lo sentimos real, porque ha sucedido en nuestro tiempo. Es el paisaje que han dejado las guerras a lo largo de la historia. Lo conocemos, no nos parece extraño. Por eso el autor no nos dice qué pasó, cuál fue el cataclismo, cree que lo podemos intuir. En eventos como este se ven afectados todo tipo personas. Malas, buenas y de moral cuestionable. Personas con fuertes convicciones, otras no tanto, que se quiebran ante la situación y pierden su humanidad. Es ahí donde hay muchos simbolismos que se aprecian en la historia, como la idea de que ese padre y ese hijo son portadores de algo que ellos llaman El fuego. Como si la bondad fuera una llama y ellos la quisieran proteger, no dejar que se extinga, hasta pasarla a otros. ¿Pero dónde están esos otros? ¿existen? La esperanza es, que si ellos existen, aún deben haber otros como ellos. Los buenos.

 

Es así como en la historia puedes percibir que el niño representa la bondad y la conciencia de su propio padre. Es el que lo detiene en muchas ocasiones de cruzar la línea. Cuando este niño llora por otro ser humano es como si brillara en medio del oscuro paisaje, es el brillo del fuego. Y como en toda la historia hay un reflejo de esto en la prosa. Si en el mundo el niño brilla como el fuego, en las palabras, en las letras, en la fría prosa que crea el autor también: cuando dice Papá. La palabra Papá es la que brilla, es una palabra cargada de humanidad. Parece que estuviese escrita en tonos rojos. Resalta en el texto de forma extraordinaria. El padre jamás dice la palabra hijo y eso hace que cuando el niño dice Papá está palabra resalta de una manera impresionante.

 

Esa es la magia de la carretera, la magia de McCarthy, la de transmitirte mucho con poco. Es una novela donde no pasan ni se dicen demasiadas cosas, pero tienen profundidad. Muchos entran al libro en busca de ese impacto que causan las distopías, pero aquí está hecho con sutileza. A mí parecer lo grandioso de esta novela no está en lo argumental, sino en la ejecución narrativa. En como funde prosa y ambiente. Porque busca ser algo más que una novela. Busca ser arte. 
 
Pueden ver esta misma reseña en mi canal de youtube

 Ricardo Carrión
Administrador del blog

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