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lunes, 19 de septiembre de 2022

Reseña: El pabellón de oro. Yukio Mishima

 Reseña Nº 286: El pabellón de oro, de Yukio Mishima (Alianza editorial)


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¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les traigo la reseña de El pabellón de oro, novela considerada como una de las cumbres de la literatura japonesa de la segunda mitad del siglo XX. Yukio Mishima publicó esta novela en 1956, inspirado en un hecho real. Hecho que no voy a revelar y que recomiendo que no investiguen hasta que se lean el libro para no arruinar su lectura. Como está basado en un hecho real el autor hizo varias investigaciones y se entrevistó con personas clave para darle sustancia a su historia. El pabellón de oro es una compleja novela psicológica ambientada en la segunda guerra mundial.

 

Tengan mucho cuidado al elegir su edición. No todas son traducciones directas del japonés, como la edición de Alianza editorial. Algunas son traducciones del inglés o del francés. Es decir, son una traducción de otra traducción y en ese proceso se pierde mucho de la esencia del libro.

 

 

El protagonista de esta historia es Mizoguchi, un joven que entra como novicio al templo budista del pabellón de oro. Desde pequeño su padre, un monje budista de una pequeña aldea, le contaba historias de la belleza sin igual del Pabellón de oro. Una de las grandes maravillas arquitectónicas de Kyoto, que en la actualidad es un monumento considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

 

El que narra la historia es el propio Mizoguchi quien a través de su relato nos revela no solo su tormento interior, sino también los detalles de su vida como novicio budista. Es una historia de cotidianidad que, sin embargo, revela la cotidianidad de una época de cambios. De cambios de mentalidad, de un sociedad japonesa que debido a la guerra sucumbe a una mentalidad decadente. Lo últimos años de la guerra generan un eco constante en la historia, un zumbido de fondo que contamina a todos de manera silenciosa.

 

 

Mizoguchi es de esos personajes que me encantan. Que no tiene que hacer grandes hazañas para que me maraville, sino simplemente indagar en su propia persona, en su propia existencia. Por lo que se trata de una novela muy filosófica. Su lucha interior es muy interesante, más que eso, es el desarrollo y la transformación de sus ideas lo que me gusta. Hay un proceso de cambio desde su niñez hasta que se convierte en un joven novicio. Tiene una característica física muy especial, es feo, y a eso hay que sumarle que también es tartamudo. Esto lo aísla desde pequeño con la vida. Impide su conexión con otras personas. Sobre todo el no poder expresarse con libertad mediante el habla. Sus palabras no conectan con una sociedad que no quiere parar a escucharlo. El aislamiento que sufre el protagonista en esta historia es clave. Porque él se encuentra en un lugar y los demás en otro. Es decir, se toca el tema de la dualidad. Hay dos fenómenos que se contraponen pero que existen en un mismo instante, en un mismo espacio. Lo interesante es que para los demás esta dualidad no existe, pero sí para el protagonista, él es el único que puede ver una barrera entre su yo y la sociedad. Barrera que en vez de tratar de romper, usa como protección. Es por ello que, en sus reflexiones podemos notar como descompone este antagonismo entre él y el resto del mundo en diferentes piezas: en fealdad y belleza, su fealdad contra la belleza del mundo; Incomunicación y comunicación, su incapacidad de comunicarse frente a las conexiones del mundo; muerte y vida, la vida está fuera y la muerte está en su interior, porque para él no hay cambios, no hay acción, es una vida estática, muerta. Y lo más importante. Lo espiritual versus lo físico. Porque él no puede indagar en los interiores de las otras personas, solo puede ver la superficie. En cambio, su perspectiva es siempre interna, espiritual. Descompone una gran dualidad en diversos antagonismos. Y la misma narración lo refleja. En este caso, las temáticas, el fondo de la historia, influye en la forma, en cómo es contada la historia.

 

La narración de este libro es una constante confrontación entre lo que el protagonista siente y lo que el protagonista ve. Dualidad. Es por ello que no es un novela fácil de leer. Muchos me comentaron que se trataba de una novela muy descriptiva, con poco flujo narrativo, una narración que se te atora en la garganta. Y es precisamente porque la narración es una pugna, es la misma lucha de Mizoguchi trasladada a las palabras. El protagonista nos cuenta lo que siente al mismo tiempo que describe lo que ve, eso causa un choque, cuesta leerlo porque es un constante enfrentamiento entre un mundo espiritual y físico. En un momento narra lo que piensa y al otro pasa a una descripción. Ideas y formas. No me extraña que cataloguen este libro como una de las mejores obras de Mishima. Es normal que cueste leer el libro, es la intención, es el arte de este texto. Así esculpió el autor su obra. Son dos fuerzas, son dos instintos, son dos impulsos naturales los que chocan. Es lo apolíneo y lo diosíaco, las ideas nietzche afloran y se toman el rumbo de esta historia.

 

Mizoguchi decidió defenderse del mundo tras esta barrera, la usó para protegerse. Y el defensor, el custodio de dicha barrera es una cosa. Algo físico (apolíneo). Un monumento: El pabellón de oro. La belleza física del pabellón, la cual es inculcada en su joven mente desde pequeño por su padre. Se funde con su barrera, se hacen uno. Y lo protege.

 

Pero llega un momento en que Mizoguchi entiende que quedarse tras esa barrera no es el camino. Y cuando quiere derribarla, no puede, el pabellón no lo deja, se interpone entre él y el mundo. Entre él y las personas, entre él y la vida. El pabellón representa lo apolíneo, lo físico, la forma, la figura que contiene. Que contiene lo espiritual, lo dionisiaco de Mizoguchi que lucha por salir.

 

Lo dionisiaco lucha por escapar de lo apolíneo, como dos fuerzas que se contraponen en un perfecto equilibrio. La belleza del pabellón es la llave del cerrojo, una belleza que no es material, que no es física, es la idea de una belleza concebida en la mente de Mizoguchi, una idea que existe gracias a la existencia física del pabellón. No es el pabellón en sí, sino su idea. La verdadera belleza no es algo que se materialice, sino algo abstracto que dura instantes. Lo que se concreta pierde su belleza. La magia está en el proceso, en el llegar a… Y cuando se llega, la belleza se acaba. Es por ello que constantemente el protagonista compara a la vida con la música, porque la música es solo un instante y luego se difumina. No se concreta. Y la vida de las personas es así. Fugaz. Vida que Mizoguchi quiere alcanzar y desatar así todo su lado dionisíaco.

 

Es un libro que definitivamente recomiendo, es una obra maestra, pero se les puede dificultar la lectura, no porque sus ideas sean complejas sino porque es muy pausado, no se devora, se debe leer con calma, con paciencia. Lentamente. 

 

Puedes ver esta misma reseña en mi canal de youtube



Ricardo Carrión

Administrador del blog


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