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viernes, 14 de febrero de 2025

Reseña: Padres e Hijos, Iván Turgueniev

 Reseña: Padres e Hijos, de Iván Turgueniev

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¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy les traigo la reseña de Padres e Hijos del escritor ruso Iván Turgueniev, publicada en 1862. Padres e hijos es considerada una de sus obras maestras. Con ella intenta retratar los conflictos políticos y sociales de su tiempo con el fin de demostrar el camino peligroso que estos estaban tomando. En el fondo es una novela realista que logra una gran consistencia por el buen desarrollo de sus personajes. Los cuales estaban muy involucrados con los cambios sociales y reformas que se estaban gestando en Rusia.

 

Turgueniev inicia la escritura de Padres e Hijos en 1861 y justamente el 3 de Marzo de ese mismo año se dicta la ley de la emancipación de los siervos de la gleba, los campesinos al fin habían sido liberados y Rusia se encontraba en un tira y afloja entre dos bandos. El futuro de la nación se dividía entre los que buscaban la unidad nacional a través del apoyo a las distintas reformas que se estaban realizando, es decir, los liberales, mientras que el otro bando, los demócratas revolucionarios, veían en esas reformas lo mismo de siempre y querían terminar con todo e iniciar desde cero, incluso a costa de la paz civil.

 

Con este clima político y social nace esta novela. El autor al estar insatisfecho con su realidad intenta retratarla a través de la ficción para exponer todas las sinuosidades de los dos bandos: los liberales y los demócratas revolucionarios, y de alguna forma al mostrarlos tal cual son, con sus virtudes y defectos, hacer un llamado a la unidad nacional que tanto necesitaba Rusia. Lamentablemente su propio arte le jugó en contra, su propia habilidad para retratar al ser humano con todo lo que implica causó el malestar de ambos bandos a tal punto que Turgueniev terminó marchándose al extranjero.

 

Puede que el motivo de escribir esta novela haya sido de carácter político y social pero para poder expresarlo en todo su esplendor requirió la construcción de personajes con vidas complejas: con familia, amigos, estudios, trabajos, intereses, relaciones de todo tipo, etc. Y allí en ese caldo de cultivo llamado humanidad, que crea Turgueniev, inserta las preocupaciones por los problemas de su entorno. Así, dentro de todas las preocupaciones de los personajes, una de ellas también es el conflicto social. Pero no es el único.

 

Quizá por eso me gustó tanto esta novela porque toca una gran variedad de temas sin dejar lo social y político como un mero fondo, sino que lo coloca en primer plano, en la boca de sus personajes. Ellos se expresan al respecto, emiten juicios y opiniones. Dialogan. Esa es el arma de Turgueniev, es a través del intercambio de opiniones, de verdaderas luchas verbales como expresa ideas. Ideas que van más allá del simple conflicto social, e involucran lo filosófico y lo psicológico. Ahonda en las almas de sus personajes y por eso, una novela que es hija de la segunda mitad del siglo XIX, termina rompiendo la barrera del tiempo y gusta en la actualidad, porque también trata un tema que jamás pasará de moda y siempre nos interesará, los conflictos del alma humana, sus contradicciones y aciertos. Su destino, su papel en este mundo.

 

Así es como a los personajes los presenta dentro de ciertas capas o niveles. Los enmarca o recubre de distintos aspectos. El primero y el mas externo es lo social y político: La realidad de su tiempo. Luego su trabajo, sus estudios, es decir, lo que hacen en la vida.

 

Luego viene el nivel de las amistades o los parientes lejanos, las relaciones que tienen con ellos, que también sirven como motivo para desplazar a los personajes dentro de la historia. Y las capas más íntimas son la familia cercana, padres, hermanos, el hogar de la infancia. Para llegar finalmente al personaje propiamente tal, es decir, su alma, su psicología y como ésta reacciona y se relaciona con todos estos niveles que utiliza Turgueniev para caracterizarlos.

 

Por esto, todos los personajes resultan muy interesantes y como lector les prestamos atención.

 

Después de esta introducción les puedo contar de qué trata la historia. Evgueni Bazárov y Arkadi Kirsánov son dos estudiantes que pertenecen a la aristocracia rural. O como la llama Turgueniev, La clase nobiliaria rural. Ellos hace mucho tiempo que no ven a su familia y proceden a visitarlos y quedarse un tiempo con ellos. Es decir, se desplazan desde la ciudad al campo. La historia inicia en 1859.

 

Turguéniev sitúa el inicio de la historia antes de que se dicte la ley de emancipación. Que recordemos se publica en 1861. Esto lo hace porque desea mostrarnos como sus personajes viven este proceso social.

 

Por lo tanto, lo que parece una simple visita de los hijos a sus padres, (Padres e hijos), es en realidad es un experimento social utilizando la ficción. Lo que al autor le interesa es contrastar a dos generaciones distintas. Los padres, una generación de los años cuarenta y los hijos, la generación de la actualidad, la de los sesenta. Por lo que sus ideas sobre todo ámbito son diferentes. Esto lo aprovecha muy bien el autor porque sus ideas políticas también difieren y utiliza a los jóvenes estudiantes como representantes de los demócratas revolucionarios y los padres como los liberales y conservadores. Es decir, toma los dos bandos que estaban luchando por las reformas en Rusia y los pone cara a cara a través de una reunión familiar. Para caracterizarlos y humanizarlos. Es decir, mostrar lo bueno y lo malo.

 

Estos dos estudiantes irán visitando a sus familias. A veces los dos al mismo tiempo, siendo uno invitado del otro y a veces cada uno por su cuenta. Por lo tanto conoceremos a los Padres de Arkadi, como también a los de Bazárov. Y entre ellos también algunas amistades, que el autor las utiliza no para contrastar a dos generaciones, sino para poner a prueba sus convicciones. Para hacerlos dudar, para que se cuestionen. Esto es clave, porque enriquece la novela al ponerlos a prueba en lo que creen, al profundizar en su naturaleza humana.

 

Si bien, parece ser Bazárov el protagonista de la novela, todos en realidad tienen una gran importancia. Turgueniev a través de un narrador omnisciente nos va contando a medida que desarrolla la historia sus pasados y características, nos va completando el cuadro de cada uno de ellos, para así comprenderlos mejor.

 

Como les decía, Bazárov, un personaje fuerte y con grandes convicciones es el que toma el protagonismo porque su ideología llama la atención. Es demasiado extrema. Representa a esta nueva generación de jóvenes que no cree en nada ni reconoce ninguna autoridad. Es un Nihilista. Término que ya se había utilizado con anterioridad paro al parecer es esta novela la que lo populariza.

 

La generación de los años cuarenta  en cambio es la que respeta las tradiciones, la religión y el orden establecido, versus esta nueva generación que no cree en nada y que todo lo cuestiona. Que no se deja influenciar por ideas aunque estas sean muy populares. Y que solo creen en lo que se puede demostrar. Por lo mismo Bazárov quiere ser médico y estudia ciencias naturales. Solo cree en lo que se puede demostrar.

 

Bazárov tampoco respeta el arte, para él es sentimentalismo. Y desprecia esa faceta humana. Él prefiere los hechos y por ende la ciencia es más cercana a sus ideales. El pensamiento frío y materialista. Por lo mismo también desprecia el amor y los valores del matrimonio. Al contrario de la generación adulta que para ellos es algo sagrado. Y esto hace más interesante la novela, porque no solo a través de los diálogos se contrastan estas dos posiciones. No solo se retrata el conflicto generacional, sino también se ponen a prueba ambas visiones. Por ejemplo, Bazárov es joven y el amor es un sentimiento muy fuerte en el ser humano. ¿Será capaz de no caer en él? Turguéniev lo pone a prueba de una manera brillante. A él y a todos los demás personajes también. Representando esa eterna lucha entre la razón y lo irracional.

 

En este poner a prueba a los personajes es donde aparecen sus errores, lo fuerte o lo débil que pueden ser sus convicciones. Y surge el cuestionamiento de qué es más importante. Si tu verdadera felicidad o la causa por la que luchas. ¿Eres realmente necesario para tu causa?

 

Esto coloca a Bazárov en una especie de trance donde constantemente está analizando que su camino a través de la razón es correcto pero que como seres humanos siempre queremos algo más y la pregunta es ¿por qué?

 

El desarrollo de estas ideas se producen a la par de las ideas sobre la emancipación de los siervos y las reformas agrarias, que se mantienen protagónicas hasta el final. Pero que, para nosotros, como lectores contemporáneos ya no nos toca de manera tan importante como sí a los lectores de su tiempo, y es el conflicto humano el que nos interesa, y el que es bellamente expresado por el autor a través de Bazárov y los demás personajes. Es la dimensión filosófica que nace de los conflictos generacionales y de los propios conflictos internos los que provocan un desenlace precioso en esta novela.  

 

En el fondo el mensaje es vivan, somos tan pequeños e insignificantes, vivimos tan poco y nos dedicamos a preocupamos de cuestiones abstractas cuando la verdadera respuesta es vivir. Arriesgarse y vivir, aunque eso implique sufrir. No seas un autómata, sé humano y vive. Bien, espero que las haya gustado esta reseña.

 

Ricardo Carrión

Administrador del blog



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