Solaris (Reseña) Stanislaw Lem
¡Hola a todos! Bienvenidos al blog. Hoy
les traigo La reseña de Solaris del autor polaco de ciencia ficción Stanislaw
Lem. Solaris es una novela diferente a lo que he leído con anterioridad del
género. Porque intenta ir más allá de las fronteras de nuestra imaginación. El
argumento sí es bastante conocido y utilizado a menudo en las historias de este
tipo. Se trata de los seres humanos tratando de ampliar las fronteras de la
humanidad a través de la conquista del espacio. Del descubrimiento de nuevos
mundos y sobre todo del ansia de encontrar otras inteligencias en el universo. En
el fondo de eso trata Solaris, del encuentro del ser humano con una
inteligencia alienígena.
Lo novedoso de esta historia es que
la inteligencia encontrada se aleja de una visión antropocéntrica. Es decir,
que no tiene ninguna relación con el ser humano. Ni física, ni social, ni
religiosa. Nada. Generalmente las historias de ciencia ficción que hablan de
otros mundos y de otros seres se basan en la realidad humana como punto de
partida para su construcción. En Solaris no.
Y esto es en gran medida lo que
impulsa la acción de los personajes. El intentar hacer contacto entre
inteligencias totalmente diferentes, por lo tanto también hablamos de lenguajes
diferentes. Lo que hace de la comunicación toda una proeza.
No puedo adelantarles muchos detalles
de la novela porque gran parte de su encantó está en ir descubriendo poco a
poco los detalles de este encuentro. Pero sí puedo entregarles algunos datos
generales.
Solaris es un planeta que gira
alrededor de dos soles gemelos, uno rojo y uno azul, es decir, es un planeta
que gira alrededor de estrellas binarias y por esta condición según la ciencia
humana, en Solaris no debería existir vida. Porque las perturbaciones
gravitacionales que se generan por el sistema binario van modificando la orbita
del planeta constantemente. En ocasiones acercándolo demasiado y en otras
alejándolo mucho, pasando por periodos de radiación extrema y por otros de
mucho frío. Estos cambios no permiten una estabilidad para que ningún tipo de
vida se mantenga en el tiempo.
Pero después de varios años de
observación. Algo sorprendió a los científicos humanos. Solaris mantenía una
orbita fija. No cambiaba. Es decir, algo en el planeta, corregía la orbita a
pesar de la irregularidad que esta debería tener. Por lo que la posibilidad de
la existencia de vida pasó de lo imposible a lo posible.
Luego de varias expediciones al
planeta, finalmente los seres humanos instalan una estación experimental para
estudiar Solaris a fondo y lograr el tan esperado Contacto. Es en esa estación
donde se desarrolla el grueso de la novela.
El protagonista de la historia es
Kris Kelvin, un psicólogo y además un experto en Solarística, es decir, en la
ciencia que estudia el planeta Solaris. Llega a la estación nada más al iniciar
la historia. Donde se encuentra con un panorama que lo dejará desde el
principio de la historia totalmente desconcertado, y claro al lector también.
Algo pasa en la estación y lo irá descubriendo poco a poco. Él mismo narra los
acontecimientos por lo tanto se trata de un relato con una narración en primera
persona.
En la estación Solaris Hay otros
científicos pero su comportamiento es extraño. Parecen muy afectados. Al ser
narrados los acontecimientos en primera persona nos niega la posibilidad de
saber lo que pasa por la mente de estos personajes, limitándonos a la visión de
Kelvin. Lo que acentúa la atmósfera de misterio, suspenso y desconcierto. Como
solo podemos ver dentro de la estación a través de los ojos de nuestro
protagonista, solo podremos contar con sus descripciones del entorno y de las
acciones de los otros personajes. Es decir, podemos intentar deducir lo que
sucede, pero solo lo sabremos con certeza cuando las cosas pasen o cuando los
demás decidan hablar de ellas. Porque solo podemos saber lo que piensan y
sienten cuando dialogan con Kelvin. El diálogo es uno de los principales
recursos del autor para exponer sus ideas. Eso sería el argumento.
Ahora en estructura. Solaris, a mi
parecer, es una novela que se divide en tres hilos conductores que el autor
integra muy bien en la historia y que en
un inicio parecen no tener mucha relación entre sí pero que finalmente terminan
confluyendo. Demostrando así la maestría narrativa de Lem. El primer hilo es el
misterio que acontece en la estación, el segundo es todo lo que concierne a las
características del planeta solris y el tercero es todo lo que tiene que ver
con la vida personal del protagonista Kris Kelvin.
Lo que le da la estructura central a
la novela es el misterio que sucede en la estación. Y a partir de esa columna
vertebral se van desprendiendo todas las incógnitas que presenta el planeta
Solaris, es decir, se cuenta todo lo que se sabe de él. Como lectores vamos
descubriendo sus características y el por qué es tan especial. Esto se logra a
través de muchas descripciones que son en gran medida la parte más difícil de
leer de la novela ya que te exige una gran imaginación. Solaris es descrito por
el mismo Kelvin cuando se detiene a leer algún libro o archivo relacionado con
el planeta y las investigaciones que se han hecho de él.
Las lee y reflexiona sobre ellas, lo
que le permite al lector enterarse de todo lo que se ha descubierto a lo largo
de los años. Por lo tanto no solo intentaremos resolver el enigma de lo que
sucede en la estación, sino también de la naturaleza del planeta. Eso genera una
gran tensión narrativa. Pero ésta se complementa aún más cuando entra en juego
la psicología del personaje principal. Recordemos que Kelvin es un narrador en
primera persona, por lo que sus pensamientos y emociones están a nuestra
disposición. Y entender los enigmas de su interior y su vida pasada, es también
parte del misterio.
En el fondo, el autor lanza al ser
humano al gran e inmenso espacio. Un espacio sin límites pero que por su
naturaleza debe surcar en naves, capsulas y estaciones espaciales. El ser
humano va a la conquista de lo infinito pero encerrado entre cuatro paredes,
confinado a pequeños espacios, exacerbando lo claustrofóbico. Encerrándolo, aislándolo
y dejándolo en compañía con quizá su peor enemigo. Con él mismo. Con su mente.
Lo que parece afectar su cordura.
Porque el viaje que planea el autor
hacia lo exterior, no es más que un viaje hacia al interior del ser humano. Hacia
lo que ha vivido, retornando a los errores que ha cometido y recuerdos
reprimidos. Todos los elementos de ciencia ficción están colocados
estratégicamente para convertir este contacto alienígena en un contacto con el
yo interior. Transformándose en una novela filosófica, religiosa y psicológica.
Al fin y al cabo, el espacio no hace
más que develar lo que el hombre silencia al dejarlo solo consigo mismo. Se da
cuenta de lo diminuto que es, de lo diferente que es, y de lo solo que está.
Solaris es también una novela sobre la soledad, a nivel individual y a nivel
colectivo porque la sociedad humana también está sola en el universo.
Pueden existir muchas clases de vidas
inteligentes, pero pueden ser tan distintas a nosotros que incluso aunque de
los dos lados nos esforcemos en comunicarnos, el contacto puede jamás
realizarse. Y el aislamiento no terminará. Por nuestras propias limitaciones.
Esa limitación la expone muy bien el
autor a lo largo de toda la novela. No describe todos los estudios y
exploraciones que ha hecho la humanidad sobre el planeta Solaris para solo
contarnos como es el planeta. Sino también para mostrar los métodos que usa el
ser humano para investigar, y como no es capaz de cambiar de perspectiva para
obtener resultados diferentes. El estudio del planeta Solaris no es más que un
choque constante contra una pared una y otra vez.
Se estudia a Solaris bajo el marco de
la razón, de la ciencia y de los números. Que es en lo único que cree y conoce
el ser humano. No aplica otro tipo de métodos e incluso se burla de ideas que
no apliquen un marco científico. Todo lo que creen subjetivo e irracional lo
desechan. Cuando lo que prima en Solaris es lo irregular. Es decir, intentan
entenderlo dentro de lo regular cuando Solaris escapa a ese encuadre.
Recordemos que es un planeta que tiene una orbita cambiante y que la va adaptando
de acuerdo a lo que necesita para mantenerla fija. Solaris pertenece a un mundo
irregular y como seres humanos lo vemos así porque no conocemos nada más allá
que nuestras propias experiencias. No conocemos nada más allá de lo
antropomórfico. Y cuando vemos algo distinto que escapa a nuestra compresión,
solo vemos caos. Cuando perfectamente lo que parece irregular o irracional,
para otro tipo de vida puede ser perfectamente coherente. Pero para nosotros
no, porque no tenemos la capacidad de ver ese orden. En lo que otros ven orden,
nosotros vemos caos.
Y puede que la clave para descifrar
ese orden la tengamos en nuestro interior. Puede que por eso el autor nos lleve
a un viaje hasta las profundidades de nuestro ser, como diciendo que la
respuesta no está en nuestro cerebro, no está en nuestra razón, sino en nuestro
corazón. En eso que llamamos alma. Y quizá por eso el amor también fluye como
una temática importante dentro de la obra.
Stanislaw Lem nos lleva a conocer
otro mundo, otra vida inteligente, lo que siempre anhelamos. Pero al ir leyendo
nos damos cuenta que el misterio del universo, que el misterio de otras
inteligencias no son más que pequeñas incógnitas frente a todo lo que
desconocemos de nuestra propia naturaleza humana.
Espero les haya gustado la reseña
Ricardo Carrión
Administrador del blog