Siempre me piden recomendaciones sobre libros tristes, libros de personajes sin rumbo o melancólicos. Pero para hacer la recomendación quería ponerlos todos bajo un mismo concepto, así que me decidí por libros en donde la temática de la soledad sea importante. Creo que la soledad unifica un poco todos esos elementos.
Bueno, Tampoco es posible que la soledad sea la única temática en una historia, ya que casi siempre va acompañada de otras más, pero generalmente la soledad es una impulsora, pone en movimiento a los personajes, les da un motivo para realizar algo que sin ese sentimiento no harían. Algunos personajes debido a la soledad realizan ciertas acciones, mientras otros hacen todo lo contrario, realizan acciones para encontrar la soledad, la tranquilidad. Para hacer estas recomendaciones busqué en los libros de mi estantería, pero deben haber muchos libros más que toquen esta temática, así que los invito a dejarme en los comentarios sus propias recomendaciones, para que todos podamos tener más opciones de lectura.
Bueno, Tampoco es posible que la soledad sea la única temática en una historia, ya que casi siempre va acompañada de otras más, pero generalmente la soledad es una impulsora, pone en movimiento a los personajes, les da un motivo para realizar algo que sin ese sentimiento no harían. Algunos personajes debido a la soledad realizan ciertas acciones, mientras otros hacen todo lo contrario, realizan acciones para encontrar la soledad, la tranquilidad. Para hacer estas recomendaciones busqué en los libros de mi estantería, pero deben haber muchos libros más que toquen esta temática, así que los invito a dejarme en los comentarios sus propias recomendaciones, para que todos podamos tener más opciones de lectura.
Noches Blancas (Fiódor Dostoievski)
Noches Blancas de Fiódor Dostoievski. Pertenece a la etapa temprana del autor ruso, mucho antes de ser sentenciado a trabajos forzados en Siberia y de que viviera terribles penurias, por lo que, el personaje de esta historia no es el típico de sus obras más famosas, no es el típico personaje alienado o con psicopatías. El problema de él, es precisamente la soledad. Es un joven de 26 años que no ha hecho nada por alcanzar una meta, por enamorarse o por vivir. Simplemente ha dejado pasar el tiempo entre caminatas y ensoñaciones. No se atreve a vivir el amor, por el temor ah ser herido. Hasta que se encuentra con una chica que lo hace palpar realmente su soledad.
La estructura de la novela es muy simple. Se basa en el corto período de tiempo en que se generan los encuentros entre el protagonista y esta chica que lo cautiva. Los cuales se llevan a cabo durante cuatro noches, pero que finalmente incluye un capítulo de una mañana, el cual funciona como epílogo. Lo grandioso de esta estructura, es que está hecha de esa forma para que sirva como reflejo de los sucesos internos que vive el protagonista, el soñador. Las cuatro noches representan su vida monótona, donde todos los días son iguales y él continúa soñando, pero al mismo tiempo viviendo un proceso importante, en el que se dará cuenta de que el atreverse a dejar aflorar sus sentimientos, le causará dolor, pero al mismo tiempo sentirá que vive por primera vez. Y por eso, el último capítulo ya no habla de una noche, sino de una mañana, de un renacer, del rompimiento de un ciclo de silencio e incomunicación, para dar paso a un nuevo tiempo, en donde toda la vida puede valer la pena si amó en un instante.
El cielo es azul, la tierra blanca (Hiromi Kawakami)
Aquí la soledad tiene un papel bien destacado, porque la historia se desarrolla en un Japón contemporáneo y se puede apreciar el detalle de que en la cultura japonesa, las personas pueden vivir una vida individual, sin necesariamente sentir soledad. Además, refleja la austeridad de la cultura japonesa no solo al describirla, propiamente tal, sino también al narrarla. La autora utiliza pocos elementos, no rellena ni utiliza transiciones para conectar un capítulo con otro. Son cuadros, imágenes de momentos de la vida de la protagonista. Se cuenta lo justo y necesario, lo demás se lo deja al lector, para que lo rellene con su propia imaginación.
Por lo mismo, es una historia simple, con mucho diálogo corto, en donde no es necesario decir tanto para expresar mucho. Tiene dos temáticas como ejes centrales: La soledad y el vacío. Y solo el amor es capaz de resaltar esos dos aspectos en la historia de la protagonista. Tsukiko, de treinta y ocho años, tiene una vida como la de muchos japoneses, con un trabajo exigente que en ocasiones le demanda muchas horas de su tiempo y que claramente la desgasta. Y como les decía, Su forma de ser refleja el carácter impersonal de la sociedad japonesa, vive sola, se divierte sola, toma vacaciones sola. Estar sola no es algo que le cause problemas. Esa independencia del otro, ese aislamiento, si bien es positivo en el sentido de la no dependencia de los demás para ser feliz, tiene un doble filo, el del vacío, una especie de despropósito que aflora cuando se abandona la rutina y los objetivos de la vida diaria. Es decir, cuando no tienes que trabajar y ya no tienes que hacer tareas domésticas, ¿qué te queda? Es así como Tsukiko crea nuevas rutinas para llenarlo, como por ejemplo, ir constantemente a una taberna, donde se reencuentra por coincidencia con un antiguo profesor de instituto al que le otorga el epígrafe de "maestro". Este hombre, treinta años mayor que ella, despierta por primera vez en la protagonista un sentimiento de soledad. Es decir, ella sentía un vacío en su vida, pero no soledad, pero luego de conocerlo, por primera vez la siente. Dicho de otra manera, estar solo no hace que sientas soledad, la sientes, cuando realmente quieres estar al lado de una persona, cuando quieres pasarla vida con ella.
El estilo de la autora es precioso, está lleno de escenas que evocan luz, incluso cuando son narrados de noche. Al solo relatar momentos específicos anula de alguna forma el ruido de la ciudad. La autora se centra en sus encuentros, los aisla y los examina con detenimiento, en sus gestos, en la forma que comen, en sus palabras, su manera de caminar, de reír o llorar. Cada detalle importa, lo exterior, lo que pasa alrededor, lo silencia, para que el lector se centre el verdaderos detalles que caracterizan a sus personajes.
Por lo mismo, es una historia simple, con mucho diálogo corto, en donde no es necesario decir tanto para expresar mucho. Tiene dos temáticas como ejes centrales: La soledad y el vacío. Y solo el amor es capaz de resaltar esos dos aspectos en la historia de la protagonista. Tsukiko, de treinta y ocho años, tiene una vida como la de muchos japoneses, con un trabajo exigente que en ocasiones le demanda muchas horas de su tiempo y que claramente la desgasta. Y como les decía, Su forma de ser refleja el carácter impersonal de la sociedad japonesa, vive sola, se divierte sola, toma vacaciones sola. Estar sola no es algo que le cause problemas. Esa independencia del otro, ese aislamiento, si bien es positivo en el sentido de la no dependencia de los demás para ser feliz, tiene un doble filo, el del vacío, una especie de despropósito que aflora cuando se abandona la rutina y los objetivos de la vida diaria. Es decir, cuando no tienes que trabajar y ya no tienes que hacer tareas domésticas, ¿qué te queda? Es así como Tsukiko crea nuevas rutinas para llenarlo, como por ejemplo, ir constantemente a una taberna, donde se reencuentra por coincidencia con un antiguo profesor de instituto al que le otorga el epígrafe de "maestro". Este hombre, treinta años mayor que ella, despierta por primera vez en la protagonista un sentimiento de soledad. Es decir, ella sentía un vacío en su vida, pero no soledad, pero luego de conocerlo, por primera vez la siente. Dicho de otra manera, estar solo no hace que sientas soledad, la sientes, cuando realmente quieres estar al lado de una persona, cuando quieres pasarla vida con ella.
El estilo de la autora es precioso, está lleno de escenas que evocan luz, incluso cuando son narrados de noche. Al solo relatar momentos específicos anula de alguna forma el ruido de la ciudad. La autora se centra en sus encuentros, los aisla y los examina con detenimiento, en sus gestos, en la forma que comen, en sus palabras, su manera de caminar, de reír o llorar. Cada detalle importa, lo exterior, lo que pasa alrededor, lo silencia, para que el lector se centre el verdaderos detalles que caracterizan a sus personajes.
Los años de peregrinación del chico sin color (Haruki Murakami)
El protagonista de Los años de peregrinación del chico sin color es ese típico personaje melancólico que tanto gusta a Murakami. Tiene treinta seis años, es ingeniero y se dedica al diseño y mejora de estaciones de trenes en Tokio. Tsukuro Tazaki es un creador, como su nombre lo indica, a pesar de que él siente que no tiene nada que ofrecer a los demás. A simple vista es absolutamente normal, tiene un buen trabajo, un pequeño apartamento, es educado, decente, tranquilo y soltero. En apariencia, a Tsukuro le va bien en la vida, pero en su interior posee heridas que aún no cicatrizan. Y debido a ellas, no puede continuar con normalidad, algo lo atormenta y sale a flote cada vez que quiere avanzar.
El autor japonés utiliza el recurso del personaje que no puede superar los problemas de su pasado, en esta ocasión, de la adolescencia, para aislarlo del mundo a partir de lo que le sucedió en el pasado y eso lo sumerge en la soledad. Vive en la sociedad, se desplaza en ella, pero es como si una capa invisible lo recubriera y lo aislara de los demás, y esa capa proviene de su recuerdo interior.
Como en toda novela de Murakami, sus personajes son muy complejos y humanos, son mundos que están en constante cambio y evolución, el cual se provoca por la soledad que los invade, esa soledad les permite encontrarse a sí mismos en su peregrinación por la vida. Es por eso que el libro se llama así. Los años de peregrinación del chico sin color. Y sus vidas están llenos de matices, no son personajes perfectos, no hay ninguno que no cometa errores, ni tampoco que se entienda a sí mismo.
A pesar de que la novela también aborda lo existencialista, en donde las razones de vivir se cuestionan y el vacío de la vida y la rutina se hacen presentes a cada instante, no se deja de lado la amistad, el amor, la confianza, el cariño, el fracaso y la muerte. temáticas que acompañan a la soledad. Todas entrelazadas de una manera magnífica en una narración que logra equilibrarlas haciéndolas aparecer a su debido tiempo.
En este caso tenemos una novela en que la soledad que siente el personaje lo incita a buscar una respuesta a un enigma pasado, que lo lleva inevitablemente a encontrarse consigo mismo, para así aprender a lidiar con esa soledad que lo atormenta.
Hacia rutas salvajes (Jon Krakauer)
Otro libro que recomiendo bajo la temática es Hacia Rutas Salvajes. Pero primero, hay que aclarar que se trata de un libro de periodismo investigativo. En donde el autor intenta ser sólo una voz que entrega datos y hechos. El tema que investiga es: La muerte del joven estadounidense Christopher Johnson McCandless. Es decir, es un libro de no ficción, no es una novela.
Pero la investigación de una muerte solo adquiere interés para el público, cuando los hechos que la rodean son de una extraña naturaleza, en este caso, de una naturaleza inspiradora. Porque Chris McCandless sorprendió a todo el mundo y a su círculo familiar cuando decidió luego de graduarse en la universidad en 1990, dejar todo su futuro prefabricado de lado, para vivir de forma imprevista.
Cansado de la sociedad, sus reglas, estabilidad y comodidad que adormecían su espíritu, decide ir a recorrer diferentes estados de su país, recurriendo a su propio esfuerzo y habilidades. Chris no quería depender de su familia ni tampoco de la sociedad y sus cadenas. Es decir, quería un vida, donde él mismo lograra desenvolverse, sin la ayuda de nadie, para que todos sus días fuesen diferentes, fuesen una aventura, y para ello debía alejarse y asilarse. Vivir en soledad.
Por lo tanto, en sus recorridos intentaba evitar dentro de lo posible las grandes ciudades y se dedicaba a transitar por parajes naturales, visitando de vez en cuando pequeños pueblos, para pasar temporadas cuando el clima no le era favorable. Sus recorridos, la gente que conoció, sus ideas y pensamientos, son los que reconstruye Jon Krakauer en base a toda la información que pudo reunir, partiendo por los escuetos escritos y fotografías del mismo McCandless. El autor hace especial énfasis a la última aventura de Chris, en donde pasó casi cuatro meses en los desolados parajes de Alaska, mal equipado y con escasa preparación. Aquí tenemos una historia real, donde un muchacho debe aislarse del mundo porque sencillamente deseaba la libertad de espíritu.
Era un joven que no contenía su naturaleza, deseaba vivir experiencias nuevas, enfrentarse cada día a un nuevo reto y buscar una solución para superarlo. Él sentía que la ayuda económica de su familia y las facilidades tecnologías de la sociedad contemporánea no lo dejaban manifestar todo su potencial, manteniendo su espíritu dormido. A través de estas páginas me quedó la sensación de que Chris McCandless, desde que abandonó el camino impuesto por la sociedad, fue enormemente feliz, más feliz que cualquiera de nosotros que seguimos las rutas convencionales.
El lobo estepario (Hermann Hesse)
Otro texto que está relacionado con la temática de la soledad es El lobo estepario de Hermann Hesse. Esta novela nace a partir de una crisis existencial que vive el propio Hesse, donde incluso tuvo problemas de depresión. Esto lo desencadenó la separación que tuvo con su segunda esposa. Y el autor empezó a sufrir un ensimismamiento. Perdió la capacidad de tolerar a las personas, no las soportaba, no quería estar cerca de nadie. Por lo mismo, para aplacar su dolor decide asilarse, y alejarse de todo. Misma situación es la que vive Harry Haller, protagonista de el lobo estepario. El cual es el alter-ego de Hesse. Este hombre alquila una habitación y se aisla en ella. Allí comienza a indagar su desprecio hacia el mundo, hacia las modas, hacia las naderías, que nada importan versus la creaciones que provienen del verdadero espíritu humano. Es un intelectual que no entiende las modas de su tiempo. Y se debate en un conflicto interior, una dualidad de su alma, que está representada por lo racional versus lo irracional, es decir, su lado humano y su lado irracional, el del lobo estepario. En esta historia, la soledad más que una impulsora, es más bien utilizada como contrapunto.
Esta soledad donde Harry reflexiona, no viene a representar el éxito de un intelectual que se aparte del mundo, sino su derrota. Es por ello que, la soledad de este hombre representa el tocar fondo. Y solo cuando logra conocer a ciertas personas, y ese famoso teatro mágico que aparece más adelante en la historia, Harry puede ver la otra cara de la moneda. Alejarse de lo racional, de lo intelectual, para sumergirse al mundo de lo improbable, al mundo de los sentidos y las emociones. Es ahí cuando comprende que el hombre es algo más que solo irracionalidad y racionalidad, hay más matices. No estamos hechos de blanco y negro. Bueno, sin duda Harry Haller es uno de mi personajes solitarios favoritos de la literatura.
También pueden encontrar esta misma entrada en formato de vídeo en mi canal de Youtube
Ricardo Carrión
Administrador del blog
¡Hola!
ResponderEliminarMe parece un temática super interesante, pero al mismo tiempo, siento que no podría leerla en cualquier momento.
Los que más me llamaron la atención fueron los últimos dos y el de "El cielo es azul..."
Les echaré un ojo. ¡Gracias por las recomendaciones! ✨
¡Hola! Me alegra que haya alguno que te llamaron la atención. El del cielo azul me encanta por su simpleza narrativa, espero te guste si lo llegas a leer. Saludos!!
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