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miércoles, 26 de diciembre de 2018

Reseña Nº 247: Francisca Macabra. Michael Rivera Marín

Análisis y opinión: Francisca Macabra


resumen-libro
 Michael Rivera Marín
El Nautilus Ediciones
137 páginas



Francisca es una niña peculiar, vive en un condominio en Santiago de Chile, debería tener dieciocho años, pero a los ocho dejó de crecer y desarrollarse y se quedó estancada en esa edad, pero solo físicamente, ya que su mente siguió progresando como la de una adolescente normal. Debido a esto, tuvo que dejar de ir al colegio, por lo que se educó en casa a través de maestros y las influencias de Internet. Al parecer, la razón por la cual dejó de crecer, se debe a la repentina aparición de unos extraños poderes. Ella tiene la capacidad de materializar lo que puede imaginar en su mente. Lo que parece un don, es más bien una maldición que lleva a esta pequeña niña a vivir en soledad y en cierta medida a romper la paz del condominio en donde vive. Un poder como el de ella es difícil de ocultar, por lo que, gracias a las influencias de su abuelo que tuvo un pasado en la DINA, se pudo mantener en secreto dentro de la comunidad de vecinos, quienes cooperan debido a la intimidación y a las ventajas que le otorgan ser complices de la habilidad de Francisca. Cada noche del treinta y uno de Octubre, la pequeña se dedica a materializar a familiares muertos de sus vecinos para que se reencuentren por unos minutos, claro que, a un módico precio establecido por su madre. Toda esta situación, tensa el ambiente y despierta muchos odios entre las diferentes familias. 
Pero está Pablo, un chico de dieciocho años, que jamás se apartó de su amiga de la infancia, es su único amigo y confidente. Con su ayuda, Francisca planea tener un Halloween diferente este año. Ha llegado la hora de salir del encierro y ver más allá de los límites del condominio y transitar por las calles de Maipú. Pablo la llevará a recorrer diferentes lugares incluyendo la casa de uno de sus mejores amigos. El problema es si Francisca será prudente y no utilizará sus poderes frente a toda una comuna llena de extraños. 

Este libro es ideal para leer en Halloween, a pesar de que en la primera mitad no se logra captar el horror que es capaz de generar Francisca, ya en la segunda parte se desboca sin control y es realmente abrumador. La capacidad o talento que posee, le permite materializar lo que sea que su mente pueda imaginar, y que aquellas creaciones al cobrar vida hagan cosas espantosas como mutilar partes humanas.
Pero lo anterior, a pesar de lo macabro, no es lo más horroroso de la historia. Generalmente, lo que impulsa todo lo malo que sucede en el libro son las mismas actitudes de las personas adultas. El autor supo contrastar un terror explícito con la maldad del ser humano, desnuda la naturaleza oscura de las personas y las hace ver más espantosas que los monstruos creados por su protagonista. Todo parte con una madre que le saca dinero a los poderes de su hija, vecinos indignados que buscan exterminar algo que no entienden y por lo mismo lo temen, un abuelo que ejerce la intimidación para mantener a las personas calladas, violencia en la pareja, aborto forzado, drogadicción, sexo en la vía pública, actos homofóbicos, entre otras cosas.

Además, los poderes de Francisca le permiten crear un ser ficticio parecido a ella, un alter ego que la representa a los dieciocho años, la llamada Kuku. Este ser imaginario, da pie para un trasfondo existencial, ¿si tiene un cuerpo concreto, tiene memoria y siente, es real? El personaje de Kuku en el relato viene a representar la duplicidad, me recordó un poco al "El Doble" de Dostoievski. La presencia de Kuku no hace más que resaltar la maldad de Francisca, como si se hubiese desprendido de ella el lado bueno, más que haberla creado. Entonces, viene a ponerse en juego el equilibrio, ¿puede existir más de una misma persona en este plano existencial? Hay un choque constante entre Kuku y Francisca y es precisamente porque no pueden estar las dos en este mundo.

El autor también toca otros temas sensibles para adolescentes, como la muerte prematura de una madre, de un padre, la soledad que aquello provoca y muchas veces un sentimiento de culpa. También se adentra en los típicos conflictos del amor adolescente y la curiosidad frente al descubrimiento del mundo.

A pesar de que el libro es bastante corto y ya he mencionado los hitos más importantes de la historia, también se desarrolla un pequeño misterio en torno a los orígenes de Francisca y sus poderes. Pero solo se dan unas pocas pistas y no se define con claridad. Puede ser que la falta de esta explicación se deba a la posibilidad de una segunda parte.

En líneas generales es un libro entretenido, rápido de leer, pero bastante explícito en algunas escenas sangrientas y violentas, por lo mismo recomiendo su lectura para adolescentes con criterio formado, ya que puede ser un poco chocante en algunas partes, deja al desnudo la oscura realida de nuestra sociedad.  

Muchas gracias a su autor por el envío del ejemplar


Ricardo Carrión
Administrador del blog


martes, 18 de diciembre de 2018

RESEÑA: 21 lecciones para el siglo XXI. HARARI

Reseña Nº 246: 21 lecciones para el siglo XXI


Yuval-Noah-Harari
Yuval Noah Harari
398 páginas
Debate
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Reseña y opinión 


Yuval Noah Harari es escritor e historiador, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Sus obras más importantes son Sapiens. De animales a Dioses, Homo Deus. Historia del mañana y 21 lecciones para el siglo XXI. Es especialista en historia medieval y militar. Se doctoró en historia en la universidad de Oxford en 2002 y desde entonces se dedicó a realizar diversas publicaciones sobre los procesos macrohistóricos, pero su fama llegó luego de la publicación de Sapiens, que un principio se publicó en hebreo pero que terminó siendo traducido en más de treinta idiomas.

Lo que atrae de este autor israelí es que tiene un estilo único. Sus libros son la concepción de lo que es él en su totalidad. Su visión de las cosas resulta de la combinación de sus orígenes judíos, donde influyó mucho su educación y religión que le otorgaron cierta percepción del mundo, con el alejamiento que luego empezó a tener debido a sus estudios universitarios, para terminar siendo ateo y confiar solamente en hechos reales, en lo que se puede demostrar con la observación. Tiene un fuerte compromiso con la verdad, es decir, no cree ser dueño de la verdad, pero aprecia profundamente donde pueda revelarse, siempre con el concepto claro de que como humanos nos podemos equivocar. Esta característica tan especial, sumado a su vasto conocimiento como historiador lo convierten en una persona capaz de ver y tener clara la evolución del mundo humano desde sus orígenes hasta la actualidad. 

Está muy informado y actualizado, y tiende a entender la naturaleza humana. En 21 lecciones para el siglo XXI, intenta plasmar su mirada objetiva de lo que está pasando en el mundo y hacia donde vamos. La base de este libro es una serie reflexiones casi filosóficas del autor apoyado por su erudición en temas históricos pero que también alimenta con muchos datos de actualidad, especulando lo que podría suceder con la humanidad el año 2050.
El eje conductor del libro es el tremendo crecimiento que están teniendo la infotecnología y la biotecnología en nuestras narices, y que no somos capaces de apreciar el infinito de posibilidades futuras que ya nos están brindando. Pero esas posibilidades podrían ser realmente catastróficas para el ser humano. Mientras la sociedad actual está preocupada por un futuro en que los robots se apoderen del planeta y nos desplacen, Harari hace hincapié en que, debido al auge de la biotecnología, la elite más poderosa terminará mejorando su salud, sus cuerpos y extendiendo anormalmente su vida y que debido a la infotecnología, al big data, a la utilización de inteligencias artificiales (IA), la automatización será cada vez más elevada y algoritmos terminarán desplazando a los humanos del trabajo de una forma masiva, a tal punto que gran parte de la humanidad terminará siendo irrelevante. Los poderosos con vidas largas y una salud a prueba de todo, ya no necesitarán de la masa trabajadora, porque tendrán IA especializadas y controladas por ellos. Esta visión resulta mucho más objetiva que pensar que robots nos controlarán. Se crearán nuevas castas biológicas. 
Las IA ya están entre nosotros recopilando información de cada persona en el mundo, los algoritmos de google, Spotify, Youtube y Netflix, ya están comprendiendo a sus usuarios, algo que parece facilitarnos la vida solo nos está descifrando. Y eso nos llevará a algo mucho peor, que Harari llama "Hackear seres humanos". Su mensaje resulta tan potente y objetivo que realmente asusta. 

"Los humanos tienen dos tipos de capacidades: la física y la cognitiva. En el pasado, las máquinas competían con los humanos principalmente en las capacidades físicas en bruto, mientras que estos tenían una enorme ventaja sobre las máquinas en cuanto a cognición. De ahí que cuando los trabajos manuales en la agricultura y la industria se automatizaron, aparecieron nuevos empleos de servicios que requerían capacidades cognitivas que solo los humanos poseían: aprender, analizar, comunicar y, por encima de todo, comprender las emociones humanas. Sin embargo, la IA está empezando ahora a superar a los humanos cada vez en más de estás capacidades, entre ellas la comprensión de las emociones humanas. No conocemos un tercer campo de actividad (más allá del físico y el cognitivo) en el que los humanos se hallen siempre en situación de ventaja".

El libro está dividido en cinco partes donde el autor nos va dilucidando los desafíos a los que tendrá que enfrentarse la humanidad para lograr sobrellevar este auge tecnológico del siglo XXI, y para ello indaga en la política, en la libertad, en las raíces mismas del origen de los países y las religiones. Inevitablemente toca los temas de Dios, la guerra, la inmigración, el terrorismo, la verdad oculta a nuestros ojos. Explora el comportamiento humano para extrapolar lo que deberíamos hacer frente a los problemas más importantes como lo son el cambio climático, la guerra nuclear y la ya mencionada disrupción tecnológica. Revela estás variables y como se relacionaran entre ellas, como unas potenciarán a otras y de qué manera podríamos ya no evitar, sino enfrentar como conjunto, como humanidad, una era completamente incierta. La velocidad del cambio es enorme y cada vez nos estamos quedando más atrás, debido a la preocupaciones y a discusiones ideológicas que al ser inmediatas carecen de sentido si miramos al futuro. 

Para Harari, las identidades tradicionales, la religión y el sentimiento nacionalista solo están frenando algo que viene en notable progreso desde los orígenes de las sociedades humanas: una unión a nivel continental que implique tomar desiciones en conjunto, no habla de un gobierno mundial, para nada, sino que el aspecto político alcance un nivel parejo en todas la naciones para tratar temas delicados de manera colectiva y no individual, como catástrofes globales a gran escala. Nuestra forma de ser, nuestro comportamiento y nuestros sistemas quedarán obsoletos frente a los nuevos desafíos que se nos avecinan. Entonces, ¿Qué debemos enseñar a las nuevas generaciones, a los niños que hoy están naciendo y que se enfrentarán a un futuro incierto y en constante cambio?

Libro recomendado


Es uno de los mejores libros que he leído este año. Realmente te hace ver la realidad del mundo desde una perspectiva nueva y refrescante. Y no está escrito con un afán de gloria personal, al contrario, demuestra una verdadera preocupación por el futuro de la humanidad. Tiene la intensidad de un autor que está tratando de enviar un mensaje de advertencia, preocupado por el curso que están teniendo los acontecimientos. Es en cierta medida alarmante, porque el mensaje es de "ahora o nunca". Nos encontramos justo en el punto de inflexión histórica que puede llevarnos a la catástrofe global. Es por ello que 21 lecciones para el siglo XXI no invita a filosofar, sino a divulgar nuestra situación actual a través de la reflexión. Muestra cómo somos, qué nos mueve, cómo podemos cambiar. Hay caminos. Pero primero debemos ser conscientes de lo que pasa y por ello invito a divulgar la lectura de este libro. 

"Durante unos cuantos años o décadas más, aún tendremos la posibilidad de elegir. Si hacemos el esfuerzo, todavía podemos investigar quiénes somos en realidad. Pero si queremos aprovechar de verdad esta oportunidad, será mejor que lo hagamos ahora".

Ricardo Carrión
Administrador del blog



sábado, 15 de diciembre de 2018

¿En qué orden leer los libros de Ursula K. Le Guin?

Guía de lectura: ¿Cómo empezar a leer a Ursula K. Le Guin?


Cronología novelas Serie Ekumen, Saga Terramar, Trilogía Anales

todos-sus-libros

El gran problema de leer a esta tremenda autora de fantasía épica y ciencia ficción es que la mayoría de sus libros están descatalogados y no se han vuelto a editar. Es por ello que hay que recurrir a antiguas bibliotecas en donde pueden estar esperando a sus futuros lectores o buscarlos por internet. Aún así, hay algunas ediciones en el mercado del inicio de alguna de sus principales sagas y libros autoconclusivos. Es de esperar que si la demanda de sus escritos aumente, las editoriales retomen el interés en volver a editar todos sus libros.

Dentro de sus sagas más importantes está la Saga de Terramar, una historia de fantasía épica influenciada por el señor de los anillos de J.R.R. Tolkien, que es la más recomendable para que cualquier lector empiece a leer a Le Guin. También tiene un serie muy extensa de ciencia ficción denominada el Ciclo Ekumen, que trata de una confederación de mundos en donde humanos habitan desde tiempo inmemoriales, incluida la Tierra. Vuelve a la fantasía épica con la trilogía Los anales de la costa occidental, una serie de novelas muy aclamadas por retornar al estilo de las historias de Terramar.
A continuación les dejo el orden de lectura de esta increíble autora:

Saga o serie Terramar

El mundo ficticio creado por la autora es conocido como Terramar, un lugar donde abunda el mar, todo está cubierto por él, con excepción de una pequeña porción de tierra representada por un pequeño archipiélago compuesto por una gran isla central y un grupo de pequeñas islas que la rodean. A pesar de que en algunas de ellas no hay vida, predominando una tierra yerma y desértica, hay otras en que sucede todo lo contrario y la naturaleza se expresa con todo su brillo y plenitud. Los árboles, lo ríos y la luz conforman el paisaje donde se asientan las principales poblaciones humanas, que erigen sus aldeas y pueblos a partir de construcciones ligeras de madera y piedra. Es un mundo con características del medioevo pero influenciado por una poderosa magia basada en el equilibrio, y por la existencia de criaturas mitológicas como los dragones. 
Uno de los aspectos fundamentales de la saga es esta magia que respeta a la naturaleza para poder convivir con ella en equilibrio. Existen desde sortilegios básicos, pasando por ilusiones hasta los hechizos más poderosos. Cuando se trata de encantamientos básicos no se requiere de tanta disciplina, ya que son artes pequeñas que no afectan el entorno; meras ilusiones pasajeras que utilizan las brujas de pueblo. Pero cuando ciertas personas aumentan su conocimiento y experiencia en artes mágicas más avanzadas, como la transformación y la invocación de objetos, se debe tener la suficiente disciplina para no afectar el equilibrio natural del mundo. Esto sucede cuando las personas con poderes especiales comienzan a entender cómo utilizarlo, empiezan a despertar la capacidad de saber y descifrar el nombre verdadero de las cosas. Cada ser y objeto de este mundo tiene un nombre verdadero, primigenio, que no es precisamente el nombre que te ponen al nacer, sino que es una palabra que define tu esencia. El conocimiento de dichos nombres y de los hechizos para invocarlos y controlarlos se pueden aprender, y es por eso que, para personas con el talento necesario, existe una escuela de magia, en donde no solo se aprende a usarla, sino que también a ser responsable de su uso. 

Para esta saga existe una edición especial que reúne toda la saga de Terramar en un solo libro, y que recomiendo mucho comprar si son fanáticos de la autora. 

0.-Historias de Terramar. Edición completa
edicion-completa

1.- Un mago de terramar (1968)
2.- Las tumbas de atuan (1971)

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Esta edición trae las dos primeras novelas de la saga Terramar

3.- La costa más lejana (1972)
4.- Tehanu (1990)
tercera-novela
Esta edición trae la tercera y cuarta novela de la saga Terramar

5.- El otro viento (2001)
6.- Cuentos de Terramar

Saga ciclo Ekumen

1.- El mundo de Rocannon (1966)
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2.- Planeta de exilio (1966)
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3.- La ciudad de las ilusiones (1967)
ciclo-ekumen-3

4.- La mano izquierda de la oscuridad (1969)
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5.- El nombre del mundo es Bosque (1972)
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6.- Los desposeídos: una utopía ambigua (1974)
7.- Un pescador del mar interior (1994)
8.- El relato (2000)

Trilogía Anales de la costa occidental

1.- Los dones (2004)
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2.-Voces(2006)
anales-costa-occidental-2

3.- Poderes (2008)
anales-costa-occidental-3

Novelas autoconclusivas



La rueda celeste (1971)
ursula-leguin

Los que se alejan de Omelas (1973)
Las doce moradas del viento (1975)
Países imaginarios (1976).
Malafrena (1979).
El lugar del comienzo (1980)
El ojo de la Garza (1983)
El eterno regreso a casa (1985)
Las llaves del aire (1996)
Planos paralelos (2003)
Lavinia (2008)

Ricardo Carrión
Administrador del blog

viernes, 7 de diciembre de 2018

La náusea de Sartre: FRASES, citas, quotes [ Existencialismo ]

Frases y fragmentos: La náusea de Sartre


Recopilación de textos de la primera novela filosófica de Jean Paul Sartre

novela-francesa
Durante principios de este año leí La náusea de Jean Paul Sartre y mientras lo hacía me dediqué a escribir minuciosamente todas las frases y fragmentos que me maravillaron. Anoté también la página de la que extraí cada cita, por lo que si alguno tiene la edición que aparece en la fotografía puede ir a la página y encontrar el texto, lo cual puede ser muy útil si están haciendo una revisión bibliográfica de la novela. Creo que es una de las recopilaciones más extensas que he hecho en este blog y es debido a que La náusea fue un libro que me impactó tremendamente.

Las frases y fragmentos existencialistas más destacados del libro:


En la pared hay un agujero blanco, el espejo. Es una trampa. Sé que voy a dejarme atrapar. Ya está. La cosa gris acaba de aparecer en el espejo. Me acerco y la miro; ya no puedo irme. Es el reflejo de mi rostro. A menudo en estos días perdidos, me quedo contemplándolo. No comprendo nada en este rostro. Los de los otros tienen un sentido. El mío, no. Ni siquiera puedo decidir si es lindo o feo. Pienso que es feo, porque me lo han dicho. Pero no me sorprende. En el fondo, a mí mismo me choca que puedan atribuirle cualidades de ese tipo, como si llamaran lindo o feo a un montón de tierra o a un bloque de piedra. Pág. 36.

Era una especie de repugnancia dulzona. ¡Qué desagradable era! Y procedía del guijarro, estoy seguro; pasaba del guijarro a mis manos. Sí, es eso, es eso; una especie de náusea en las manos. Pág. 28.

Entonces me dio la Náusea: me dejé caer en el asiento, ni siquiera sabía dónde estaba; veía girar lentamente los colores a mi alrededor; tenía ganas de vomitar. Y desde entonces la Náusea no me ha abandonado, me posee. Pág. 40.


La Náusea no está en mí; la siento allí, en la pared, en los tirantes, en todas partes a mi alrededor. Pág. 41.

Pero el tiempo es demasiado ancho, no se deja llenar. Todo lo que uno sumerge en él se ablanda y estira. Pág. 43.

Así es el tiempo, el tiempo desnudo; viene lentamente a la existencia, se hace esperar y cuando llega uno siente asco porque cae en al cuenta de que hacía mucho que estaba ahí. Pág. 58-59.

Sueño basándome en palabras, eso es todo. Pág. 61

Ciertos conocimientos abreviados permanecen en mi memoria. Pero ya no veo nada; es inútil que hurgue en el pasado, sólo saco restos de imágenes y no sé muy bien lo que representan, ni si son recuerdos o ficciones. Pág. 60 - 61.

Algo comienza para terminar: la aventura no admite añadidos; sólo cobra sentido con su muerte. Hacia esta muerte, que acaso sea también la mía, me veo arrastrado irremisiblemente. Cada instante aparece para traer los siguientes. Me aferro a cada instante con toda el alma; sé que es único, irreemplazable y; sin embargo, no movería un dedo para impedir su aniquilación. El último minuto que paso en brazos de una mujer conocida la antevíspera —minuto que amo apasionadamente, mujer que estoy a punto de amar— terminará, lo sé. Me inclino sobre cada segundo, trato de agotarlo; no dejo nada sin captar, sin fijar para siempre en mí, nada, ni la ternura fugitiva de esos hermosos ojos y; sin embargo, el minuto transcurre y no lo retengo; me gusta que pase. Y entonces de pronto algo se rompe. La aventura ha terminado, el tiempo recobra su blandura cotidiana. Ahora el fin y el comienzo son una sola cosa. Aceptaría revivirlo todo, en las mismas circunstancias. Pero una aventura no se empieza de nuevo ni se prolonga. Pág. 68-69.

…para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que le sucede, y trata de vivir su vida como si la contara. Pero hay que escoger: o vivir o contar. Cuando uno vive, no sucede nada. Los decorados cambian, la gente entra y sale, eso es todo. Nunca hay comienzos. Pág. 70.

Esto es vivir. Pero al contar la vida, todo cambia; sólo que es un cambio que nadie nota; la prueba es que se habla de historias verdaderas. Como si pudiera haber historias verdaderas; los acontecimientos se producen en un sentido, y nosotros los contamos en sentido inverso. Pág. 71.

Por el momento querían vivir con el mínimo de gasto, economizar gestos, palabras, pensamientos, hacer la plancha: tenían un solo día para borrar las arrugas, las patas de gallo, los pliegues amargos que deja el trabajo de la semana. Un solo día. Sentían que los minutos se les deslizaban entre los dedos; ¿tendrían tiempo de acumular bastante juventud para empezar de nuevo el lunes por la mañana? Pág. 90-91.

Pero para mí no hay ni lunes ni domingo; hay días que se empujan en desorden, y de pronto, relámpagos como éste. Pág. 93.

Hoy ya no espero nada vuelvo a mi casa al final de un domingo vacío: la cosa está allá.
Echo a andar. El viento me trae el grito de una sirena. Estoy completamente solo pero camino como un ejército que irrumpiera en una ciudad. Pág. 94.

Quizá no haya nada en el mundo que me importe tanto como este sentimiento de aventura. Pero viene cuando quiere; se va rápidamente, ¡Y me deja tan agotado! ¿Me hará estas breves visitas irónicas para demostrarme que he echado a perder mi vida? Pág. 96.

No necesito hacer frases. Escribo para poner en claro ciertas circunstancias. Desconfiar de la literatura. Hay que escribirlo todo al correr de la pluma, sin buscar las palabras. Pág. 96.

De pronto uno siente que el tiempo transcurre, que cada instante conduce a otro, éste a otro y así sucesivamente; que cada instante se aniquila, que no vale la pena intentar retenerlo, etc., etc. Y entonces atribuimos esta propiedad a los acontecimientos que se presentan en los instantes; lo que pertenece a la forma lo referimos al contenido. En suma, se habla mucho del famoso transcurso del tiempo, pero nadie lo ve. Vemos una mujer, pensamos que será vieja, pero no la vemos envejecer. Ahora bien, por momentos nos parece que la vemos envejecer y que nos sentimos envejecer con ella: es el sentimiento de aventura. Pág. 97.

El pasado es un lujo de propietario. Pág. 110

Nadie se mete el pasado en el bolsillo. Hay que tener una casa para acomodarlo. Mi cuerpo es lo único que poseo; un hombre solo, con su cuerpo, no puede detener los recuerdos; le pasan a través. No debería quejarme; sólo quise ser libre. Pág. 110

Supongo que es por pereza que el mundo se asemeja de un día a otro. Parecía como si hoy quisiera cambiar. Y entonces, todo todo podía suceder. Pág. 128.

Yo no tenía derecho a existir. Había aparecido por casualidad. Existía como una piedra, como una planta, como un microbio. Mi vida crecía a la buena de Dios y en todas direcciones. A veces me enviaba vagas señales; otras veces solo sentía un zumbido sin consecuencias. Pág. 139.

Mi existencia comenzaba a asombrarme. ¿No sería yo simplemente una apariencia? Pág. 142.

M. de Rollebon era mi socio: él me necesitaba para ser, y yo lo necesitaba para no sentir mi ser. Yo proporcionaba la materia bruta, esa materia bruta que tenía para la reventa, con la cual no sabía qué hacer: la existencia, mi existencia. Su parte era representar. Permanecía frente a mí y se había apoderado de mi vida para representarme la suya, Yo ya no me daba cuenta de que existía, ya no existía en mí sino en él; por él comía, por él respiraba, cada uno de mis movimientos tenía sentido fuera, allí, justo frente a mí en él; ya no veía mi mano trazando las letras en el papel, ni siquiera la frase que había escrito; detrás, más allá del papel, veía al marqués que había reclamado este gesto, cuya existencia consolidaba este gesto. Yo era sólo un medio de hacerlo vivir, él era mi razón de ser, me había librado de mí. ¿Qué haré ahora? Pág. 160.

La cosa, que aguardaba, me ha dado la voz de alarma, me ha caído encima, se escurre en mí, estoy lleno de ella. La Cosa no es nada: la Cosa soy yo. La existencia liberada, desembarazada, refluye sobre mí. Existo. Pág. 160.

Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera solo en el aire. Se mueve. Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave. Tengo la boca llena de agua espumosa. La trago, se desliza por mi garganta, me acaricia y renace en mi boca. Hay permanentemente en mi boca un charquito de agua blancuzca que me roza la lengua. Y este charco también soy yo. Y la lengua. Y la garganta soy yo. Pág. 160-161.

Me levanto sobresaltado; si por lo menos pudiera dejar de pensar, ya sería mejor. Los pensamientos son lo más insulso que hay. Más insulso aún que la carne. Son una cosa que se estira interminablemente, y dejan un gusto raro. Y además, dentro de los pensamientos están las palabras, las palabras inconclusas, las frases esbozadas que retornan sin interrupción. Pág. 162.

Yo no tengo tribulaciones, dispongo de dinero como un rentista, no tengo jefe, ni mujer, ni hijos; existo, eso es todo. Pág. 172.

Cada uno tiene su pequeño empecinamiento personal que le impide darse cuenta de que existe; no hay una que no se crea indispensable para alguien o para algo. 180

Existo –el mundo existe–y sé que el mundo existe. Eso es todo. Pero me da lo mismo. Es extraño que todo me dé lo mismo: me espanta. Pág. 197.

No necesito volverme para saber que me miran a través de los vidrios; miran mi espalda con sorpresa y disgusto; creían que era como ellos, que era un hombre y los he engañado. De pronto perdí mi apariencia de hombre, y vieron un cangrejo que escapaba a reculones de esa sala tan humana. Pág. 198.

La Náusea no me ha abandonado y no creo que me abandone tan pronto; pero ya no la padezco, ya no es una enfermedad ni un acceso pasajero: soy yo. Pág. 203

Jamás había presentido, antes de estos últimos días, lo que quería decir “existir”. Era como los demás, como los que se pasean a la orilla del mar con sus trajes de primavera. Decía como ellos: “el mar es verde”, “aquel punto blanco, allá arriba, es una gaviota”, pero no sentía que aquello existía, que la gaviota era una “gaviota-existente”; de ordinario la existencia se oculta. Está ahí, alrededor de nosotros, en nosotros, ella es nosotros, no es posible decir dos palabras sin hablar de ella y, finalmente, queda intocada. Hay que convencerse de que, cuando creía pensar en ella, no pensaba en nada, tenía la cabeza vacía o más exactamente una palabra en la cabeza, la palabra “ser”. O pensaba… ¿cómo decirlo? Pensaba la pertenencia, me decía que el mar pertenecía a la clase de los objetos verdes o que el verde formaba parte de las cualidades del mar. Aun mirando las cosas, estaba a cien leguas de pensar que existían: se me presentaban como un decorado. Págs. 203-204.

Y de golpe estaba allí, clara como el día: la existencia se descubrió de improviso. Había perdido su apariencia inofensiva de categoría abstracta; era la materia misma de las cosas, aquella raíz estaba amasada en existencia. O más bien la raíz, las verjas del jardín, el césped ralo, todo se había desvanecido; la diversidad de las cosas, su individualidad sólo eran una apariencia, un barniz. Ese barniz se había fundido, quedaban masas monstruosas y blandas, en desorden, desnudas, con una desnudez espantosa y obscena. Pág. 204.

Éramos un montón de existencias incómodas, embarazadas por nosotros mismos; no teníamos la menor razón de estar allí, ni unos ni otros: cada uno de los existentes, confuso, vagamente inquieto, se sentía de más con respecto a los otros. Pág. 205.

Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Solo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia; la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Pág. 210.

Todo estaba pleno, todo en acto, no había tiempo débil; todo, hasta el sobresalto más imperceptible, estaba hecho de existencia. Y todos esos existentes que se afanaban alrededor del árbol no venían de ninguna parte ni iban a ninguna parte. De golpe existían y después, de golpe, no existían: la existencia no tiene memoria; no conserva nada de los desaparecidos, ni siquiera un recuerdo. Existencia en todas partes, al infinito, de más siempre y en todas partes; existencia, siempre limitada sólo por la existencia. Me dejé estar en el banco, aturdido, abrumado por esa profusión de seres sin origen; en todas partes eclosiones, florecimientos; me zumbaban de existencia los oídos, mi misma carne palpitaba y se entreabría, se abandonaba a la brotadura universal; era repugnante. “¿Pero por qué, pensaba yo, por qué tantas existencias, si todas se parecen?” 213.

Imposible ver las cosas de esta manera. Blanduras, debilidades, sí. Los árboles flotaban, ¿ímpetu hacia el cielo? Más bien un derrumbe; a cada instante esperaba ver arrugarse los troncos como juncos cansados, encogerse y caer al suelo en un montón negro y blando con pliegues. No tenían ganas de existir, pero no podían evitarlo; eso es todo. Entonces hacían todos sus pequeñas cocinas, despacito, sin entusiasmo; la savia subía lentamente en los vasos, a contra gusto, y las raíces se hundían lentamente en la tierra. Pero a cada instante parecían a punto de plantarlo todo allí y de aniquilarse. Cansados y viejos, continuaban existiendo de mala gana, simplemente porque eran demasiado débiles para morir, porque la muerte sólo podía venirles del exterior. Pág. 214.

Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad. Me dejé ir hacia atrás y cerré los párpados. Pero las imágenes, en seguida vigilantes, saltaron y vinieron a colmar de existencias mis ojos cerrados: la existencia es un lleno que el hombre no puede abandonar. Pág. 214.

Parecía como si las cosas fueran pensamientos que se detenían en el camino, que se olvidaban, que olvidaban lo que habían querido pensar, y permanecían así, saltando, con un sentido pequeño y ridículo. Pág. 216.

Soy libre: no me queda ninguna razón para vivir, todas las que probé se han soltado y ya no puedo imaginar otras... Solo y libre. Pero esta libertad se parece un poco a la muerte. Pág. 248.

Son apacibles, un poco taciturnos, piensan en Mañana, es decir, simplemente en un nuevo hoy; las ciudades no disponen más que de una sola jornada que se repite, muy parecida, todas las mañanas. Apenas la adornan un poco los domingos. Imbéciles. Me repugna pensar que volveré a ver sus caras gruesas y tranquilas. Legislan, escriben novelas populistas, se casan, cometen la extrema estupidez de tener hijos. Entretanto, la gran naturaleza vaga se ha deslizado en la ciudad, se ha infiltrado en todas partes. Pág. 251.


La verdad es que no puedo soltar la pluma: creo que voy a tener la náusea y mi impresión es que la retardo escribiendo. Entonces escribo lo que me pasa por la cabeza. Pág. 274.


Reseña en vídeo de La Náusea




Ricardo Carrión
Administrador del blog




viernes, 30 de noviembre de 2018

¿En qué orden leer los libros de Sarah J. Maas?

¿Cómo leer las sagas de Sarah J. Maas?

Saga Trono de cristal y Saga una corte de rosas y espinas


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Hace mucho que los lectores de este blog me han estado sugiriendo y pidiendo una guía de lectura de la famosa escritora estadounidense Sarah J. Maas, quien a los dieciséis años de edad comenzó a escribir su primera novela, Trono de cristal, la cual se popularizó cuando la publicó en una página web que se dedicaba a subir historias de ficción. Fue tan bueno el recibimiento que tuvo a través de los ciberlectores que se decidió a publicarla a través de una editorial en formato físico, lo que finalmente logró en el año 2010 publicándose Trono de cristal en el año 2012.

La fantasía de Sarah es algo diferente a la tradicional, aunque respeta ciertos rasgos clásicos de la fantasía épica, como el escenario de fondo, utiliza con mayor fuerza las relaciones entre los personajes como eje conductor y motivador de las acciones. Mezcla con fuerza el romance y la acción lo que gusta mucho entre sus lectores y lectoras. Si bien, su técnica narrativa y construcción de personajes no es perfecta ha ido evolucionando a lo largo de sus libros, se ha ido perfeccionando. El gran mérito de esta autora es conectar fuertemente con su público juvenil y volver amantes de la lectura a millones de jóvenes en el mundo. 


Serie Trono de Cristal

En su serie o saga  Trono de cristal, hay opiniones encontradas sobre cuál es el libro ideal para iniciar, ya que hay una serie de micronovelas que anteceden a Trono de cristal, a modo de precuela, y al leerlas se comprende mucho mejor la personalidad de la protagonista de la saga. Por eso, según la opinión de sus fans, es mejor iniciar con las micronovelas o leerlas inmediatamente después del primer volumen de la saga. En ediciones más antiguas se pueden encontrar algunas de estas novelas cortas en libros por separado, pero en la última edición fueron recopiladas todas en un solo tomo llamado La hoja asesina. El problema es que al parecer solo se encuentra en inglés. Cabe recordar que en octubre se publicó el séptimo libro de la serie Kingdom of ash (Reino de ceniza), pero su traducción al español aún está lejos al igual que la precuela The assassin´s blade en formato físico.
En cuanto a las ediciones, son simplemente hermosas, dan ganas de comprar y coleccionarlas.

 La hoja de la asesina (Precuela) #0  
(Solo en inglés en formato físico)
Contenido:
La asesina y el señor de los piratas (2012)
La asesina y la curandera (2014)
La asesina en el desierto (2012)
La asesina en el submundo (2012)
La asesina en el imperio (2012)
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Trono de cristal - Trono de cristal #1
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Corona de medianoche - Trono de cristal #2
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Heredera de fuego - Trono de cristal #3
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Reina de sombras - Trono de cristal #4
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Imperio de tormentas - Trono de cristal #5
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Torre del alba (del amanecer) - Trono de cristal #6
Tower of dawn
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Reino de ceniza - Trono de cristal #7
Kingdom of ash
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Serie Una corte de rosas y espinas

Esta segunda saga está compuesta por una trilogía y hasta el momento un libro intermedio, Una corte de hielo y estrellas, que hará de nexo con libros adicionales posteriores.

Una corte de rosas y espinas - Libro 1
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Una corte de niebla y furia - Libro 2
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Una corte de alas y ruina - Libro 3
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Una corte de hielo y estrellas - Libro 3.5
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Ricardo Carrión
Administrador del blog